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Un estudio detalla los riesgos de usar celular al conducir

análisis. La investigación, hecha en EE.UU., grabó a conductores de diversas edades. El riesgo de accidente aumenta siete veces en los jóvenes.
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Un sofisticado estudio, realizado con datos tomados de la vida real confirma que marcar el teléfono, escribir mensajes de texto o tratar de alcanzar un celular mientras se conduce aumenta el riesgo de sufrir un choque o un conato de accidente, especialmente entre los conductores jóvenes.

Pero la investigación realizada también arrojó un resultado sorprendente para sus encargados: hablar por teléfono no resultó peligroso, como lo señalan otros estudios. Esta investigación no distinguió entre aparatos que se necesita tener en la mano y los que permiten hablar con las manos libres, lo que representa una desventaja en el análisis.

Aunque hablar no requiere que los conductores aparten la vista de las vías por las que circulan, es difícil hablar por teléfono sin tener que alcanzarlo primero o marcar un número, factores que aumentan el riesgo de choque, señalaron los investigadores.

Los Institutos Nacionales de Salud y la Administración Nacional de Seguridad en Carreteras de EE.UU. financiaron la investigación. Los resultados están incluidos en el número publicado el jueves en la revista New England Journal of Medicine.

Estudios previos con simuladores, pruebas de manejo y registros de celular sugieren que el riesgo al conducir aumenta cuando la gente está en el teléfono móvil, especialmente entre los adolescentes. Las personas de entre 15 y 20 años representan solo el 6% de los conductores, pero suman el 10% de las muertes por accidentes de tráfico y el 14% de los choques reportados por la policía de EE.UU. en los que hay heridos.

La investigación

La investigación

Para el estudio, los investigadores en el Instituto de Transporte de la Universidad Tecnológica de Virginia instalaron videocámaras, sistemas de posicionamiento vía satélite, aparatos para monitorear los carriles y otros que miden la velocidad y la aceleración, así como otros sensores en los autos de 42 conductores de entre 16 y 17 años que ya habían obtenido su licencia, y de 109 adultos con una experiencia promedio de 20 años al volante.

El riesgo de choque o conato de accidente entre los jóvenes aumentó más de siete veces si estaban marcando o tratando de alcanzar el teléfono, y cuatro veces si estaban enviando o recibiendo un mensaje de texto.

El riesgo también se incrementó si trataban de alcanzar algo diferente al teléfono, veían un objeto a la vera del camino o comían.

Entre los conductores más experimentados, el solo marcar el teléfono aumentó los riesgos de sufrir un choque o conato de accidente. Pero el estudio comenzó antes de que escribir mensajes de texto se volviera más común entre toda la población, así que los investigadores no saben si es algo igual de peligroso para los adultos que para los adolescentes.

El involucrarse en distracciones aumentó con el tiempo entre los conductores novatos, pero no entre los experimentados.

¿Qué distracciones?

Los estudios permitieron idenbtificar algunas de las tareas secundarias que los conductores realizan en paralelo a la conducción asociadas .

Además de realizar llamados por dsu teléfono celular y mandar mensajes de texto con éste, los investigadores también apreciaron que los conductores realizaban maniobras para buscar el teléfono y responder si recibían un llamado. A ello se suman el revisar correos electrónicos e, incluso, navegar por internet usando un smartphone.

Detalles

Otras conductas de distracción

Aparte de hablar por teléfono, los investigadores también detectaron otras conductas que las personas al volante realizaban mientras conducían. Por ejemplo, buscar diversos objetos dentro del vehículo, ajustar la radio o el aire acondicionado del auto, así como los asientos, el espejo retrovisor o manipular el alza vidrios . También, comer o beber agua o bebidas no alcohólicas. El estudio no incluyó los casos en que se sospechó de consumo de alcohol.

Descubren una hormona que reduce los efectos de euforia de la marihuana para aislar sus propiedades medicinales

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Un equipo internacional de investigadores descubrió que una hormona natural reduce la euforia causada por el ingrediente sicoactivo en la marihuana, según un artículo que publicó esta semana la revista Science.

Los investigadores, entre quienes se cuentan Elena Martín García y Rafael Maldonado de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona (España), encontraron que la hormona esteroidea pregnenolona disminuye la actividad en el cerebro del receptor tipo 1 de canabinoide y esto elimina el "vuelo" por el tetrahidrocarbocannabinol (THC), el principal constituyente sicoactivo del cannabis.

Este descubrimiento podría conducir a nuevos métodos de tratamiento de la intoxicación y la adicción a la marihuana y, según el artículo, "también permitiría que los investigadores aíslen las propiedades medicinales del cannabis bloqueando sus efectos somáticos y sobre la conducta".

Las hormonas esteroideas son moduladores importantes de la actividad del cerebro y el comportamiento, y desempeñan papeles cruciales en la regulación de actividades fisiológicas como el comer, el despertarse, la reproducción y la conducta sexual, y participan en la regulación de la memoria y los estados de ánimo.

La pregnenolona se considera como la precursora inactiva de todas las hormonas esteroideas y, según señalan los autores, sus efectos funcionales no se han investigado bien.

"La administración de THC incrementa sustancialmente la síntesis de la pregnenolona en el cerebro por vía de la activación del receptor Tipo 1 de canabinoide", añadió el estudio. "La pregnenolona, entonces, actuando como inhibidor específico de señal del receptor reduce varios efectos del THC".

"Esta reacción negativa mediada por la hormona revela un ciclo, previamente desconocido, que protege al cerebro de la activación excesiva del receptor, lo cual podría abrir la senda para el tratamiento de la intoxicación y la adicción a la marihuana", sostuvo el artículo.

Los investigadores estudiaron ratones y ratas de laboratorio para determinar en qué forma las drogas más consumidas, como la cocaína, la morfina, la nicotina y el alcohol, afectan los neuroesteroides, esto es los esteroides producidos directamente en el cerebro de los roedores.

Inesperadamente encontraron que el THC, en particular, conduce a un incremento enorme de la pregnenolona, uno de los bloques de construcción de los neuroesteroides, mediante la activación del receptor de canabinoide en los ratones.