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Cómo opera una biblioteca pública que no tiene libros de papel

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El estado norteamericano de Texas acaba de ofrecer lo que a su juicio será la biblioteca pública del futuro, algo que se parece mucho a una tienda de productos de Apple: filas de iMacs atrayentes y relumbrantes; iPads montadas en una colorida barra para invitar a los lectores; y cientos de otras tabletas esperando listas a quienquiera que tenga una tarjeta para utilizarlas.

Incluso los bibliotecarios parecen imitar el código de vestimenta de los empleados de una tienda de Apple. Pero esta biblioteca de US$2,3 millones podría resultar más notoria porque no tiene un solo libro tradicional.

Ello convierte a la BiblioTech del condado de Bexar en la única biblioteca pública de Estados Unidos sin libros, una distinción que ha atraído montones de bibliófilos, así como a emisarios desde tan lejos como Hong Kong que quieren aprender sobre la idea y posiblemente llevarla a casa.

"Dije a nuestra gente que se necesita echar una mirada a esto. Esto es el futuro", dijo Mary Graham, vicepresidenta de la Cámara Metropolitana de Comercio de Charleston, Carolina del Sur.

En los campus universitarios han existido bibliotecas completamente digitales desde hace años, pero el condado hizo historia cuando decidió abrir BiblioTech. Es el primer sistema de biblioteca pública sin libros en Estados Unidos, según la Asociación Estadounidense de Bibliotecas.

En California, en tanto, la ciudad de Newport Beach mantuvo a flote el concepto de una biblioteca sin libros en 2011 hasta que el plan fue abandonado. Casi una década antes en Arizona, el sistema de bibliotecas de Tucson-Pima abrió una instalación totalmente digital, pero se impuso el deseo de los residentes que querían libros.

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Los científicos buscan saber por qué están desapareciendo las abejas

riesgo. Un organismo de la ONU acaba de anunciar que se estudiará a nivel global la situación de la polinización y su vínculo con la producción de alimentos.
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La preocupación por el futuro del sistema alimentario del planeta ha obligado a la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) de la ONU a iniciar una evaluación sobre la polinización y la producción de alimentos en el mundo.

La urgencia es tal que IPBES, una organización modelada a imagen y semejanza del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y creada en Panamá en 2012, aprobó recientemente que el primer estudio de su corta vida sea el análisis de la polinización.

Los trabajos para iniciar la evaluación de la polinización y producción de alimentos comenzarán "rápidamente" en la primera mitad de este año y la misma estará terminada en diciembre de 2015, declaró el presidente fundador de IPBES, Zakri Abdul Hamid.

Hamid también confirmó a la agencia EFE que para 2018 el organismo internacional completará el primer estudio de la situación global de la biodiversidad en el mundo, aunque antes se hará una segunda evaluación sobre la degradación del suelo y el proceso de desertización.

"La seguridad alimentaria es muy importante para la comunidad internacional. Nunca haremos bastante en asegurar alimentos para todo el mundo", subrayó Hamid.

Se estima que un 75% de los cultivos que se producen al año en todo el mundo depende de la polinización realizada por abejas y otros insectos similares.

Pero, al mismo tiempo, se ha constatado la desaparición de abejas en algunas partes del planeta.

"Necesitamos saber por qué y proponer una serie de medidas que se precise adoptar. Por eso, es imperativo la evaluación de la polinización y la producción de alimentos", explicó Hamid.

Relacionado con esta valoración está el segundo trabajo que emprenderá IPBES sobre la degradación del suelo y la desertización, una problemática que también incide en la producción de alimentos.

"Es imperativo realizar una evaluación de la degradación del suelo y la desertización. La ONU ha señalado que la degradación del suelo durante los próximos 25 años reducirá la producción mundial de alimentos un 10%", dijo Hamid.

A su juicio, "es una situación muy grave porque no sólo va a reducir la producción de alimentos, sino que también se incrementarán sus precios".

Hamid reconoció que muchos países en vías de desarrollo están especialmente preocupados con esta problemática y han solicitado a IPBES que se concentre en realizar el análisis.

El responsable de IPBES indicó que el objetivo del organismo es similar al papel que ha realizado "con mucho éxito" IPCC en el campo del cambio climático: reducir la distancia que existe entre la ciencia sobre biodiversidad y las decisiones de los legisladores de todo el mundo.

Pero Hamid destacó que, cuando habla del conocimiento sobre biodiversidad, no se refiere sólo a la información en poder de los científicos, sino también al conocimiento tradicional de indígenas y pobladores locales.

Decisiones en Europa

A mediados del año pasado, la Comisión Europea (CE) decidió prohibir la utilización de tres pesticidas de la familia de los neonicotinoides, por estimar que estos dañan la salud de las abejas. La entidad dio plazo hasta el 30 de septiembre para retirar las autorizaciones para usarlos y hasta el 30 de noviembre para emplear las reservas existentes. Además, se prohibió el uso desde el 31 de diciembre del pesticida fipronil por las mismas razones.