Pronto recibiremos el informe de Icomos sobre el estado de conservación del área histórica de Valparaíso. Permitirá ayudar además a despejar temas complejos, como el impacto de los proyectos Puerto Barón y Terminal 2 sobre el área declarada como Sitio del Patrimonio Mundial, motivo principal de la visita.
Sin embargo, se tratará de una revisión de cómo la ciudad ha llevado la gestión del patrimonio hasta la fecha. Actualmente existe una entidad municipal orientada a ese trabajo, además del rol que debe cumplir la Dirección de Obras en la aprobación de proyectos y el resto de departamentos municipales en la administración del sitio en temas viales, de seguridad, basura, de orden social, etc. Se suman, a su vez, los roles del Consejo de Monumentos Nacionales como garante del Estado de Chile ante la Unesco y la Subdere como principal inversionista público en el sector. Muchas cabezas para un sitio pequeño y lleno de complejidades.
La gestión del patrimonio en Valparaiso se ha movido, sin matices, entre la aplicación de normas de regulación y la ejecución de proyectos de inversión pública. Ambos factores son importantes, sin embargo un Plan Director es mucho más que un seccional para el área histórica, y la gestión misma del sitio tiene más variables que una cartera de proyectos de inversión en espacios públicos y recuperación de edificios. La gestión del patrimonio se debe basar principalmente en buscar el equilibrio permanente para que la ciudad funcione adecuadamente, velando por proteger sus valores históricos y asegurar su sustentabilidad social y económica, tareas prácticamente ausentes si queremos un sitio que responda al estándar internacional que tiene.
Para ello los esfuerzos de gestión deben estar orientados principalmente a ordenar y regular el transito caótico en los cerros Alegre y Concepción, la basura y mayor seguridad en el Barrio Puerto, la venta callejera legal e ilegal que degrada los espacios públicos y, sobre todo, responder a las necesidades básicas de una población pobre numerosa, que también es parte de quienes le dan vida al lugar. En definitiva, a hacer una ciudad pensada para la calidad de vida de sus habitantes, que es el mejor atractivo para los visitantes.
Gran parte de la gestión faltante no requiere importantes recursos económicos, sino liderazgo para la coordinación de entidades generalmente dispersas y con criterios de funcionamiento autónomo. Esa es la gestión patrimonial que necesita la ciudad en esta nueva fase.
El informe de Icomos probablemente no se hará cargo en detalle de nuestros problemas internos de funcionamiento, ya que debemos resolverlos nosotros mismos como ciudad y como país, respondiendo de manera concreta a los compromisos adquiridos. Se requiere voluntad y liderazgo para llevarlo a cabo.
Juan Carlos García Pérez de Arce
Arquitecto