Después de la celebración, el Dakar comenzó su retirada
restaurantes. Locatarios felices y otros no tanto, dejó el paso del Rally Dakar 2014
Un día después de la final del Dakar, la celebración del triunfo de Ignacio Casale y la expectación que provocó el paso de los bólidos por las calles de Valparaíso, comenzó el éxodo masivo de competidores y equipos técnicos que los acompañaron en su peregrinar por Argentina, Bolivia y Chile, permitiendo realizar los primeros balances de los efectos que su presencia causó en nuestra ciudad.
Mientras la mayoría de los competidores y sus equipos de apoyo comenzaron a abandonar la ciudad rumbo a sus países de origen, los porteños en general expresaron una percepción positiva del evento, más allá de los inconvenientes que provocaron los necesarios desvíos de tránsito y las medidas de seguridad vial aplicadas, la congestión y algunos inconvenientes en la logística que se implementó. En este sentido, y según fuentes de la organización, el paro portuario en San Antonio, los afectó demasiado, pues allá debían llegar cerca del 40% de los vehículos mayores del rally, y a última hora tuvieron que cambiarlo.
Así la cosas, durante la mañana de ayer, la organización acomodó como pudo los 740 vehículos comprometidos en el Dakar 2014, entre camiones y "trailers" de apoyo general, motocicletas, quads y automóviles de la competencia. Esta labor se realizó en el Muelle Barón y la Tornamesa, desde donde hoy serán embarcados a sus respectivos destinos del mundo. En tanto que los competidores extranjeros, mecánicos y personal de apoyo, fueron transportados en furgones hacia los hoteles donde alojan o directamente al aeropuerto de Santiago, desde donde el 80% abandonaría el país entre ayer y hoy.
Dentro de los que aún permanecen por algunas horas más en Chile, los integrantes del equipo nacional de Polonia (Poland National Team), cuyo corredor más destacado fue Rafal Sonik en quads, viajó rumbo a Santiago, donde el embajador de su país en Chile les ofreció una cena en su honor. En cambio, los integrantes del Bulgaria Offroad Team, se quedaron en la ciudad, almorzando en el Restaurante Almacén Nacional de Cerro Alegre, debido a que viajarán a su natal Bulgaria mañana martes.
Consultados diversos locatarios culinarios sobre su apreciación de los efectos del Dakar para ellos y la ciudad, las opiniones fueron encontradas. Mientras para la mayoría de los encargados de locales de los cerros Alegre y Concepción, las barreras y desvíos fueron nefastos para sus intereses, para sus colegas del plan y alrededores de la Plaza Sotomayor, el balance fue muy positivo.
Para Lorena Montenegro, socia de Philippe Grangeorge mentor del tradicional restorán Le Filou du Montpelier, "el flujo de clientes fue pésimo, el peor día del año, debido al cierre de las calles, producto de lo cual nuestro público no pudo acceder hasta acá".
"Teníamos otra idea y nos proyectamos, pero no resultó como esperábamos", se lamentó. Sin embargo, para Brunella Sepúlveda, dueña junto a sus padres del Restaurante Almacén Nacional, ubicado al frente del anterior, el día fue normal pero en la noche estuvo muy bueno. "Como en la noche es nuestro fuerte, ayer fue el mejor día de la semana. Entre las 12 y 12:30, aún seguía llegando gente y tuvimos que rechazarla. Cerramos a las 2 AM", puntualizó.
Para Verónica Astudillo, anfitriona y hermana del dueño de Il Paparazzo ubicado en el Cerro Concepción, el balance fue "negativo total, porque al cerrar las calles, la gente no pudo llegar. No había nadie durante el día. Pienso que deberían hacerlo por Errázuriz, y así dejar libre accesos a los cerros, pues al desviar el tránsito, si no se sabe llegar, la gente se pierde", aseveró.
En tanto, Danilo Díaz, encargado del Café Plaza Cumming, en pleno Almirante Montt, opinó que "aún no es el momento de hacer balances. Eso se tiene que hacer con más tiempo y de una forma más seria. Pero mi percepción como porteño, es que esta fue una oportunidad única y muy buena para nosotros en general, que nos permitió mostrar a Valparaíso al mundo, en vivo y en directo".
De la misma opinión fue el dueño del Restaurante Bar Capullito, Omar Núñez, ubicado en plena Plaza Sotomayor. Para él esta fue una experiencia más que positiva. "Nos fue mejor que para Año Nuevo, debido a que la gente que vino en esta ocasión eran extranjeros que seguían el Dakar, y que buscan calidad y servicio, sin preocuparse del precio". Respecto de las opiniones encontradas, dice que "nuestra cultura muchas veces nos impide apreciar los beneficios de algo tan grande como esto. Siento que la organización fue excelente y la coordinación con la policía permitió que no se viera vandalismo y otros actos negativos". Cuenta que frente a la barra, "tuve sentadas a ocho esposas de pilotos de la competencia, fascinadas con lo que tenemos para ofrecer".
"Nuestra cultura, muchas veces nos impide visualizar los beneficios asociados a algo tan grande como el Dakar "
Omar Núñez
Dueño Restaurante Capullito
"Pienso que aún es muy apresurado hacer balances, pero esta fue una vitrina única para mostrarnos al mundo "
Danilo Díaz
Café Plaza Cumming
Versión más dura pero más segura
A minutos de abandonar Valparaíso, todos los participantes consultados coincidieron en señalar que esta versión fue mucho más dura que la del año pasado, junto con manifestar que el público, a lo largo de los tres países recorridos, fue menor y más frío. Para Pedro Salido, integrante de Pedrega Team, este año " la competición ha sido más dura, porque el año pasado fue más light. En tanto, Agustín Campa, mecánico jefe de Epsilón Team, correr en Sudamérica es mucho más segura para ellos que hacerlo en África.