Las moscas criadas en un transbordador espacial estadounidense muestran una deficiencia en áreas de su sistema de inmunidad que comparten los humanos y otros mamíferos, según un estudio difundido en EE.UU.
Los científicos ya sabían que el vuelo espacial afecta las respuestas de inmunidad, según indicó Deborah Kimbrell, del Departamento de Biología Molecular y Celular en el Colegio de Ciencias Biológicas de la U. de California, en Davis, jefa del estudio.
Las moscas del tipo Drosophila, como las del estudio, comparten muchos aspectos fundamentales del sistema de inmunidad con los mamíferos tales como ratones y humanos.
Con fondos de la NASA, Kimbrell y sus colegas iniciaron el primer estudio de la inmunidad de las Drosophilas en ambientes de gravedad aumentada, y luego micro gravedad en el vuelo espacial.
Durante una misión del transbordador Discovery se enviaron al espacio huevos de moscas que toman unos diez días para desarrollarse hasta ser adultas.
Cuando las moscas retornaron a la Tierra, Kimbrell y sus colegas probaron sus respuestas a dos tipos de infecciones: un hongo y una bacteria. En general, los científicos detectaron que la falta de gravedad las debilitó.
Kimbrell indicó que en el futuro, las naves espaciales diseñadas para misiones de larga duración, podrían incluir aparatos centrífugos que los tripulantes usarían para mantener su masa ósea y muscular, y que también beneficiaría sus sistemas de inmunidad.
La principal autora del trabajo señala dos hipóetesis de cómo la microgravedad afecta el sistema inmunológico. Una es que las moscas del espacio también mostraron alta expresión de genes para proteínas de choque térmico y otra es que interfiere en las proteínas fuera de la célula.