Un verano tranquilo parte por las manos limpias
Higiene. El lavado correcto, así como el cuidado de las cadenas de frío y la cocción, desinfección o limpieza de los alimentos son medidas fundamentales para evitar infecciones como diarrea, hepatitis A o cólera.
Cada verano, las familias suelen relajar las medidas de higiene doméstica necesarias para prevenir enfermedades. Las vacaciones, muchas veces en el campo o en lugares donde el acceso al agua potable no es tan expedito como en la ciudad; las altas temperaturas, que favorecen el desarrollo de microorganismos y aceleran la descomposición de los alimentos; el consumo de frutas y verduras, muchas veces con cáscara o sin la limpieza adecuada, y el relajo propio de la época estival, que hace que muchas veces no se respeten las cadenas de frío o algunas medidas básicas de higiene, hacen que las personas -y en especial los niños- estén más expuestos a contagios de enfermedades como la diarrea, la hepatitis A o incluso el cólera.
Una de las medidas básicas de protección es el correcto lavado de las manos, que son el principal vector de acumulación y transmisión de bacterias en nuestro organismo. ""Puede parecer básico, pero la correcta higiene de manos es la mejor forma de cortar la cadena de transmisión de las infecciones, tanto a nivel doméstico como intrahospitalario. Es una medida de bajo costo, fácil de aprender y cuya efectividad está comprobada", advierte la enfermera Ana María Torres, académica de la Escuela de Enfermería de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, recordando que, para que sea efectivo, este lavado debe hacerse antes de preparar alimentos, antes de comer, después de ir al baño, después de mudar o cambiar pañales, después de estornudar, después de jugar, antes y después de estar con personas enfermas.
Flora bacteriana
"Las manos acumulan dos tipos de flora, transitoria y remanente. La primera es la que se acumula durante el día, a medida que usamos las manos para nuestras diversas actividades diarias. Se ubica sobre la superficie de la piel, no se multiplica y se elimina fácilmente, basta con usar agua y jabón en forma adecuada. En el caso de la flora remanente, esta se ubica en el espesor del estrato córneo, que es la capa superior de la epidermis, y para retirarla es necesario utilizar un jabón con propiedades antisépticas", añade la especialista, quien se desempeña también como jefa de la Unidad de Prevención y Control de Infecciones Intrahospitalarias del Hospital Dr. Gustavo Fricke de Viña del Mar. La higiene de manos es solamente uno de las medidas que permiten evitar la propagación de infecciones (gastrointestinales, respiratorias, a la piel), y debe ser complementada con el cuidado de las cadenas de frío de los alimentos, y la cocción, desinfección o lavado cuidadoso de frutas y verduras cuando corresponda.
Jabón o alcohol gel
La académica señala que, en el caso que sea posible, es recomendable preferir el jabón líquido, pues es menor la posibilidad de que acumule bacterias dentro del dispensador, más todavía cuando lo comparten muchas personas. El jabón en barra también es útil, pero hay que tener la precaución de dejarlo sobre una superficie seca, sea esta una jabonera u otro aparato -puede ser incluso una tapa de bebida- que impida que se mantenga en contacto con el agua o con superficies húmedas. Además, hoy existen disponibles una enorme variedad de soluciones de base alcohólica como el alcohol gel, de venta común en supermercados, farmacias y tiendas de conveniencia, que también son una buena alternativa en caso que sea más difícil acceder al agua corriente y el jabón. En este caso, advierte la enfermera, es necesario tener cuidado con el uso prologado de estas soluciones, porque puede saturar o incluso irritar la piel. Además, señala Torres, tan importante como ello es el manejo de las toallas, que deben estar siempre limpias y secas: las toallas húmedas favorecen la transmisión de microorganismos.
"La correcta higiene de manos es la mejor forma de cortar la cadena de transmisión de las infecciones, tanto a nivel doméstico como intrahospitalario. Es una medida de bajo costo, fácil de aprender y cuya efectividad está comprobada".
Ana María Torres,
académica UV.