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"Estamos tratando que el sector privado aporte mucho más a esta ciudad"

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Jeannette von Wolfersdorff, ingeniera comercial alemana de 37 años, llegó a Chile hace 11 y hoy se dedica a materializar proyectos sociales en distintas partes del país, opción que tomó una vez que se retiró del holding Transoceánica que preside su esposo Christoph Schiess. Una apuesta no menor, pero que hoy la mantiene cien por ciento comprometida con una serie de iniciativas que también tocan a Valparaíso, ciudad que la atrae de sobremanera debido a su gente y particular arquitectura.

Ejemplo de ello ha sido su reciente colaboración para la restauración de fachadas en el cerro Bellavista y el desarrollo de un proyecto para la instalación en el mediano plazo de receptáculos de basura en el mismo sector, contenedores que tienen como característica una estética que rememora las antiguas viviendas porteñas.

Presidenta de la Fundación Contexto Ciudadano y elegida por la organización Chile Transparente para ser parte del consejo asesor junto a Patricio Aylwin, Marta Lagos, Benito Baranda y distintas otras personalidades del mundo político, económico y cultural, hoy pone sus ojos en Valparaíso y cuenta a este Diario por que le ha tomado tanto cariño a la Ciudad Puerto.

-¿Cuándo conoció Valparaíso?

- Hace 11 años, desde que llegue a Chile, pero me tocó más de cerca por mis proyectos sociales. Ahí trabajamos muy unidos con Benito Baranda y la Red de Organizaciones Solidarias. Tenía que ir mucho al Congreso, a hablar con los parlamentarios, y salía por Valparaíso a dar vueltas. Me daba una pena porque me di cuenta que Valparaíso gana poco con tener un Parlamento. Alrededor del Congreso no hay cafés ni nada, y me interesé mucho por esta ciudad porque la encuentro muy bohemia, muy poética, preciosa. Además, cuándo le preguntábamos dónde querían ir de vacaciones a nuestros hijos nos decían ¡A Valparaíso!

Proyectos en el puerto

-¿Cuáles son sus principales proyectos en el Puerto?

- El primer proyecto fue una idea de poner dinero para pintar casas y pudimos hacerlo con ocho la semana pasada. Sabemos que el municipio tiene problemas en su flujo de caja, por lo que ellos pusieron la mano de obra. Invertí un millón de pesos, suena ridículo... y pienso que cómo no va a haber una empresa más grande, una minera, que pinte un cerro completo.

Lo segundo es en proyecto de basureros. Contraté a un diseñador industrial para que hiciera un basurero con metal ondulado como las casas, las fachadas de Valparaíso, que pueden pintarse de todos los colores. Podríamos producir 30 ejemplares, pero esto se hará una vez que se concrete el convenio en que la Municipalidad se comprometa a vaciar estos basureros. La producción tiene un costo 10 millones de pesos (20 de ellos para basura normal y 10 para reciclaje). No son baratos porque tienen una estructura metálica pesada y deben estar bien galvanizados, por el viento salino.

-¿Qué la lleva a aportar en el desarrollo ambiental y estético de Valparaíso?

- Me motiva que Valparaíso es una ciudad hermosa, pero que siento que está un poco abandonada del cariño de los chilenos. Debería haber un financiamiento público muy distinto para Valparaíso.

-¿Qué propone para ese financiamiento?

- Una ley Valparaíso que sustente a esta ciudad en el largo plazo por el patrimonio urbano que tiene. Más gente debería entusiasmarse, es muy fácil decir que el municipio no tiene recursos, que no tiene gestión porque no es cierto. El municipio tiene gestión, pero le faltan recursos. Entonces partimos al revés y es lo que me ilusiona de lo público-privado, que se ve quién pone qué cosa y uno logra mucho más que solo.

Crítica a empresarios

- Usted ha sido crítica de la forma en la que se reparten los recursos en Chile, además en lo que aporta el empresariado a la desigualdad. ¿Cómo ve ese panorama en la región?

- Es un poco parte de mi diagnóstico de Valparaíso y por la razón que me interesa trabajar allí, porque tiene una cara muy pobre y altos niveles de pobreza. No sirve de nada lamentarlo si es que no se hace nada. Uno puede lograr mucho, la desigualdad necesita mucho más que eso, pero trabajando como vecino (tiene departamento en el cerro Bellavista) uno puede lograr pasos concretos.

- ¿Le pediría a más privados que aporten igual que usted en la región?

- Que trabajen juntos los municipios, las universidades, las intendencias, los empresarios y sin desconfianzas para hacerlo en conjunto. Hay un poco más movimiento en curso. Quizás lo más bonito de esto es que ojalá genere más cultura cívica, que es una palabra que me gustaría destacar un poco, no es parte del currículum chileno, pero es un concepto que yo creo que hay que destacar. Todos somos responsables y cultura cívica es barrer el frente de mi casa y preocuparme del espacio común porque yo soy parte de eso.

donar más

- Usted quiere modificar la Ley de Donaciones. ¿Cómo ha sido su trabajo en ello?

- Estamos tratando que el sector privado aporte mucho más a esta ciudad. Fuimos muchas veces al Congreso y yo participo con distintas redes de la sociedad civil para cambiar la Ley de Donaciones, como por ejemplo la Red de Organizaciones Solidarias.

-¿Qué cambios necesita esa ley?

-Lo que nos interesa es trabajar la desigualdad de esta manera: con el sector público y el sector privado en una sinergia. La única manera de hacerlo es que la gente pida los cambios, pidámoslo nosotros. En este momento que un privado haga un aporte es lo más difícil que te imaginas, con lo difícil que es entusiasmar a alguien, frena la solidaridad, porque es muy engorroso, hay que entender y estudiar más de 90 cuerpos normativos, tener asesoría legal, tiene muchas trabar y el tope de donaciones anuales en muy bajo. La ley única de donaciones quedó en la cuenta pública del Ministerio de Hacienda, pero aún no se envía al Congreso.

-¿En qué quedó ese proyecto?

- El Presidente (Piñera) prometió que enviaría en marzo el proyecto, antes de dejar su mandato.

Modificaciones a la Ley de Donaciones

En julio de 2012 la Red de Organizaciones Solidarias organizó un seminario en el Congreso donde se discutió la actual Ley de Donaciones. En ella distintos actores, como empresarios, diputados y la propia Jeannette von Wolfersdorff discutieron y redactaron un acuerdo donde se establecen propuestas para modificar dicha normativa. Entre ellas está crear un solo régimen para las organizaciones sin fines de lucro, establecer un equilibrio adecuado entre el incentivo y el control, entre otras propuestas. Además, se criticó la "dispersión y desorden normativo" de la actual ley y se cuestionó el límite de donación anual, que es de un 5%, muy por debajo de otros países.