Vocación versus rentabilidad
Cada cierto tiempo se manifiestan sustantivas contradicciones del sistema educacional chileno. Con ocasión del proceso de matrícula en las universidades terminamos lamentando la baja en los puntajes de quienes han sido seleccionados en las carreras de pedagogía y una sostenida menor postulación a ellas, no obstante la creación de becas especiales y su promoción gubernamental. El hecho hace noticia como si se tratara de algo incomprensible o inexplicable. Por las razones que luego señalo, lo verdaderamente increíble sería que hubiese muchos más jóvenes y con mejores resultados en los puntajes de selección interesados en estudiar pedagogía.
En una sociedad que identifica el éxito y la realización personal con la rentabilidad individual lo consistente es que todos busquen alcanzarla en actividades bien remuneradas; pues bien, todos sabemos que estudiar pedagogía difícilmente conducirá a esos objetivos de reconocimiento económico y profesional. Las políticas públicas y el sistema económico han postergado la educación hasta el punto de dejarla en manos del libre mercado, como cualquier transacción de otros bienes o servicios. Esto induce a que el sueldo de un educador esté determinado por la relación entre oferta y demanda por un puesto de profesor. Como se sabe, ello equivale a que estas remuneraciones tiendan a bajar en la medida que haya más profesores con necesidad de un ingreso. Mientras continúe esta forma de fijar lo que debe pagarse a los profesores, no debería sorprendernos que los jóvenes se sigan inhibiendo de optar por estudiar pedagogías. Como en otras profesiones el mismo Estado paga mejor, por razones de mercado precisamente, la señal a los jóvenes es que, si quieren tener mejores ingresos en su vida profesional, lo racional es que no estudien pedagogía.
Por otra parte, si el propio Ministerio de Educación releva la información sobre rentabilidad de las profesiones para el efecto de qué decidan los postulantes y dónde estudiar, no podemos luego esperar que los jóvenes con mejores resultados en el sistema escolar vayan a las pedagogías. Es contradictorio, en consecuencia, pregonar el predominio de un mercado privado y libre que fije el valor de este trabajo y la rentabilidad de las profesiones como criterio de preferencia para los jóvenes, así como promover el lucro en educación, y después de todo eso, pedir a los jóvenes que elijan educar por vocación o espíritu de servicio social.