DCada uno de nosotros tiene una recíproca dependencia de otros. Ello es ineludible, pues no podemos escapar de la relación concreta o potencial, visible o invisible, directa o indirecta, lejana o cercana, inmediata o mediata, que tenemos como parte de la humanidad. La invitación es a iniciar la reflexión sobre una palabra tan ligada a nuestra vida como es la interdependencia. Ella ha sido asumida por grandes líderes y se encuentra inscrita en la doctrina que llama a una más profunda relación humana para asegurar el desarrollo y la paz.
Interdependencia
Interdependencia
Nada nos es ajeno. Ni aquello que nos parece ausente de nuestras vidas, como las guerras y sus secuelas de destrucción y muerte que cada noche vemos en las pantallas a la hora de los noticieros. Sabemos que los sucesos del Medio Oriente y su devenir, a veces impredecible, impacta clara y directamente sobre nuestra economía. Así el petróleo, que no tenemos y que debemos importar, tiene un precio atado a los conflictos que suceden en las zonas de producción. Un estrecho clave para la navegación que pueda potencialmente ser bloqueado cambiará nuestros costos mañana. O los populismos de otras zonas del mundo, que dañan la productividad en la explotación y refinación de este bien tan preciado, del que dependen la más amplia gama de actividades de nuestro país, no nos son ajenos.
Los atentados del 11 de setiembre de 2001 a símbolos clave de la sociedad estadounidense, además de las vidas perdidas en la tragedia provocada por el terrorismo, trajeron consecuencias a nivel global que tocaron la cotidianeidad individual y de las organizaciones, tanto como los procesos y modos de enfrentar las actividades y relaciones. Cuando observamos en directo los hechos y antes que se enfriaran los aceros y los nombres de las víctimas pudieran conocerse, ya se podía prever algo de las consecuencias. No era un suceso lejano ni fuera de nuestro ámbito. Todo ha sido distinto después: los trámites de inmigración, el estar en un aeropuerto, el funcionamiento de los puertos, el tratamiento de las cargas del comercio exterior, toda forma de seguridad, el emerger de nuevas industrias y la transformación y desarrollo de otras y cuantas pueda usted agregar. Tal vez este caso es uno de los más visibles que invitan a la reflexión sobre la interdependencia, por la sensibilización provocada.
Fronteras
Fronteras
Un ejemplo a escala de cualesquier país se refiere a las fronteras que se comparten y a la historia y su interpretación. Una parece concreta y material y las otras radican en las emociones, en el razonamiento o en el esfuerzo por dar tal sentido. También al estado económico en un tiempo dado. Los vecinos son interdependientes -vale también para el que mora en la casa del lado- pues sus sonidos y sucesos internos, sus luchas políticas y sus momentos de gloriosa tranquilidad se escuchan a través del muro invisible que aparentemente nos separa. Por eso, parece siempre bueno que los vecinos tengan éxito económico, paz social y gobernabilidad. De ser así, muchas de las relaciones adquieren formas positivas, creando nuevos espacios de auténtica integración interdependiente. Peligroso es el camino en que conglomerados diversos optan por el camino en que todos pierden, cuando también una opción es ganar juntos. La teoría de negociación ofrece interesantes relatos y ejemplos que nos iluminan desde las experiencias acerca de esto y nos convocan a expandir y crear condiciones para el este ganar.
Nuestra tierra
Nuestra tierra
En la casa misma somos profundamente interdependientes, somos un sistema en que las partes se tocan y se alimentan. Nada nos es ajeno. De allí que la inclusión de sus miembros es paz para todos. Cuando el sentido del deber-derecho se hace carne, cada uno tiene algo que dar para el bien y algo que recibir por vivir en comunidad. Esto es clave a días se iniciarse un nuevo gobierno en el normal tránsito de la vida democrática. Aunque el mundo global hace posible -más que nunca- el desplazamiento de muchos jóvenes por el mundo, Chile sigue siendo nuestra tierra.