Qué hacer frente a los trastornos del sueño
Descanso. Cansancio, irritabilidad, mal rendimiento laboral y académico e incluso trastornos cardiacos son las consecuencias de las distintas alteraciones que nos impiden dormir de manera adecuada.
Los cambios de horario propios de la época de vacaciones, la tensión en las carreteras y los balnearios atestados de gente, o el estrés de sólo pensar en volver a la rutina. Son múltiples las razones que pueden motivar los trastornos del sueño, que tienen como denominador común el que impiden un descanso adecuado.
El más común de estos trastornos es, sin duda, el insomnio, que se define como la dificultad para iniciar o mantener el sueño. Cerca del cincuenta por ciento de la población ha sufrido al menos una vez este tipo de alteraciones, mientras que en un tercio de los casos -al menos una de cada cinco personas- este fenómeno se transforma en crónico, es decir, se mantiene al menos durante un mes.
Causas diversas
Causas diversas
El doctor Enzo Rivera Torres, neurólogo del hospital Carlos van Buren y profesor adjunto de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, explica que el insomnio suele ser causado por factores que se denominan secundarios, como el ruido, el estrés, el dolor, el frío o el calor, algunas enfermedades, o conflictos emocionales como un duelo o una dificultad amorosa. Uno de cada tres casos, sin embargo, es motivado por factores primarios, es decir, no tienen una causa específica, lo que los hace muy difíciles de diagnosticar.
Otro problema frecuente es el síndrome de apnea obstructiva del sueño, que afecta al 2% de las mujeres y al 4% del total de la población, cifra que se eleva a más del cincuenta por ciento entre quienes roncan. Este trastorno se produce cuando, como la musculatura se relaja al dormir, las paredes de las vías respiratorias se adhieren y hacen que estas colapsen por algunos segundos. Como la persona deja de respirar, disminuye la cantidad de oxígeno en la sangre y el cerebro envía una alerta que provoca síntomas como despertar brusco, sensación de alarma, taquicardia y aumento de la presión arterial.
"Estos episodios pueden ocurrir cientos de veces durante la noche sin que la persona se dé cuenta, lo que provoca que el sueño sea fragmentado, superficial y, en definitiva, no reparador. Mucha gente que sufre de apnea del sueño no lo sabe, pero es un trastorno que puede derivar en arritmias e infartos cardiacos, accidentes vasculares y deterioro de la condición en el caso de los enfermos de hipertensión y diabetes, además de aumentar la accidentabilidad y los errores en el desempeño laboral", advierte el doctor Rivera.
Trastornos frecuentes
Trastornos frecuentes
Más frecuente en esta época, y durante todo el año entre los jóvenes y estudiantes, es el síndrome de la fase retrasada del sueño, que consiste en retrasar de manera constante la hora de irse a dormir, lo que provoca que las personas no alcancen a recuperar las horas de sueño que les faltan y terminen sufriendo irritabilidad y falta de concentración, con las consecuencias académicas o laborales que ello arrastra. También aparecen en este listado de trastornos que entorpecen el sueño los ronquidos y las diferentes parasomnias (fenómenos que ocurren mientras dormimos) como el sonambulismo, la somniloquia (hablar durante el sueño) y las pesadillas o terrores nocturnos.
Un problema más complejo es la narcolepsia, una enfermedad que se produce por la destrucción de las células que regulan el ciclo sueño/vigilia, que debe ser tratada con medicamentos para paliar sus efectos, y que provoca fenómenos como ataques de sueño; cataplexia o pérdida repentina del tono muscular, alucinaciones imagógicas e incluso parálisis de despertar, que son episodios de corta duración (no más de diez segundos) en que la persona despierta pero es incapaz de moverse, a excepción de los párpados.
Higiene del sueño
Higiene del sueño
"Una conducta fundamental para enfrentar estos trastornos es mantener una adecuada higiene del sueño: acostarse y levantarse a la misma hora; no consumir alcohol, té, café ni bebidas cola o energéticas antes de acostarse; no practicar ejercicio intenso después de las 20 horas, porque eso gatilla las hormonas de la actividad; mantener un ambiente agradable en la habitación, sin ruidos y con una temperatura adecuada; sacar el televisor y el computador de la pieza y apagar el celular, para evitar distracciones, y si se tiene hambre consumir sólo una colación liviana, porque acostarse con hambre también puede ser un problema. En cambio, actividades como leer o escuchar música sí pueden ayudar a conciliar el sueño", recomienda Rivera. De todos modos, recuerda, existen trastornos que necesariamente van a requerir la ayuda de un médico, que puede ser un neurólogo o, en el caso de los ronquidos, un otorrino-laringólogo o un especialista broncopulmonar.
Del mismo modo, el neurólogo recomienda tener mucho cuidado con el uso de medicamentos. "Es muy peligroso automedicarse porque este tipo de fármacos causa efectos muy distintos en cada individuo, y en algunos casos puede ser peligroso. Es posible que afecten el grado de alerta, que causen exceso de somnolencia e incluso que alteren el ritmo cardiaco, además de producir adicción. Sí se puede intentar con productos naturales, como pasiflora o té de melisa, porque no tienen esos efectos secundarios", añade.
"Mucha gente que sufre de apnea del sueño no lo sabe, pero es un trastorno que puede derivar en arritmias e infartos cardiacos, accidentes vasculares y deterioro de la condición en el caso de los enfermos de hipertensión y diabetes".
Dr. Enzo Rivera
Académico UV.