Transformación de empresas buenas a "grandiosas"
administración. Una revisión a los 7 factores que parecieran diferenciar a las empresas de excelente desempeño.
Siempre es bueno conocer qué están haciendo aquellas empresas que tienen un crecimiento significativo y sostenido, aunque ello no signifique necesariamente una receta por copiar. Jim Collins, académico de la Universidad de Stanford y consultor de empresas, investigó las variables que diferencian a las empresas buenas de aquellas que llegan a ser excelentes. Analizó el desempeño -desde 1964 a la fecha- de 1.435 compañías de buen desempeño, y llegó a seleccionar a 11 de ellas, que calificó como "grandiosas".
Collins define una compañía "grandiosa" como aquella que ha podido lograr un retorno sobre el precio de su acción por encima del promedio del mercado de valores en -al menos- un 300% en un período de 15 años. Entre las que lograron esa categoría encontramos a Abbot Laboratories (entre 1974 y 1989), Fannie Mae (1984-1999), Gillette (entre 1980 y 1995), Kimberly-Clark (entre 1972 y 1987), Philip Morris (1964 y 1979) y Wells Fargo (entre 1983 y 1998).
Lo interesante de los hallazgos de este estudio es que las compañías que pasaron de buenas a grandiosas no necesitaron de un líder de alto perfil, o haber implementado lo último en tecnología, o tener una gerencia altamente innovadora, o ni siquiera tener una estrategia de negocio muy afinada. En cambio, el estudio encontró siete factores comunes de todas ellas, que las diferencian de las empresas que -aunque se acercaron- no pudieron llegar a la categoría de grandiosa.
Factor: Líderes de nivel 5.
Factor: Líderes de nivel 5.
Los líderes de las empresas grandiosas deponen sus egos ante las necesidades de las compañías para las cuales trabajan. En todas las empresas grandiosas estudiadas, existe el mismo tipo de líder: un individuo de alto desempeño, focalizado en alcanzar objetivos y resolver problemas, que se ocupa de formar sucesores, y que tiene una mezcla entre humildad y voluntad profesional, huyendo de la adulación pública (es lo que Collins denomina liderazgo de nivel 5). En las compañías que sólo son buenas, se encontraron líderes carismáticos y egocéntricos, que tienden a buscar culpables entre sus subalternos y a promoverse a sí mismos.
Factor : Lo primero es tener las personas adecuadas.
Factor : Lo primero es tener las personas adecuadas.
Todas las empresas estudiadas que llegaron a ser grandiosas se concentraron primero en conseguir a la gente correcta, y luego se ocuparon de idear una visión y una estrategia. Una buena selección del personal ayuda a resolver muchos de los problemas organizacionales como: liderar, gestionar el cambio, motivar, alinear expectativas e incluso, definir la estrategia más adecuada. Por el contrario, si no se tiene al personal adecuado, no importará cuán buena sea la estrategia, porque simplemente será imposible de desarrollar.
Factor: Pensamiento positivo.
Factor: Pensamiento positivo.
Cuando una empresa cuenta con líderes de nivel 5 y con el personal adecuado, puede enfrentar situaciones muy complejas con determinación y sin perder jamás la fe. Las compañías estudiadas pasaron por momentos muy difíciles, pero sus ejecutivos nunca perdieron la calma, sino que vieron grandes oportunidades en la adversidad.
Factor: Objetivos simples.
Factor: Objetivos simples.
Las compañías grandiosas se focalizan en estrategias y metas sencillas, y luego las buscan de manera especializada y obsesiva. Estas metas se definen detectando qué procesos pueden hacer mejor que otras, qué hace funcionar mejor a sus finanzas y qué enciende mejor las pasiones de su gente.
Factor: Cultura de disciplina.
Factor: Cultura de disciplina.
Las compañías grandiosas estudiadas muestran una organización con personas disciplinadas, pensamiento disciplinado y acción disciplinada, y cuando se combina esta cultura de disciplina con una ética emprendedora, se obtiene la excelencia.
Factor: La tecnología es una herramienta útil.
Factor: La tecnología es una herramienta útil.
Los ejecutivos de las compañías grandiosas entendieron que la tecnología, por si sola, jamás ha hecho a una empresa excelente. Estas organizaciones evitaron implementar nueva tecnología de manera precipitada, pero una vez que decidieron hacerlo para mejorar algún proceso critico, fueron rigurosas en su implementación y uso.
Factor: Hay que ganar "momentum".
Factor: Hay que ganar "momentum".
En ninguna de las compañías analizadas en este estudio, su paso de buena a grandiosa ocurrió de la noche a la mañana. Su transformación no fue el resultado de una innovación asombrosa o de una reingeniería radical, sino que lo lograron mediante un proceso de avance lento pero seguro, sin perder la calma, aun en los momentos más complicados que les tocó sufrir.
Aunque estos siete factores no son una receta mágica para lograr el alto rendimiento de una compañía, es interesante que los ejecutivos los analicen y los tengan en consideración para mejorar su gestión, más aún cuando varios de ellos van en contra de los modelos convencionales de la administración de empresas.