Cartas al Director
Victorias de Viña del Mar
Me uno al clamor de los que han sacado su voz para defender a los caballos de las victorias por el maltrato que reciben. ¿Es posible que lo rutinario nos impida ver el dolor de estos animales?
Recuerdo que un turista americano a quién yo le mostraba Viña del Mar, al ver un debilitado caballo arrastrando una victoria llena de gente, se tapó los ojos y me dijo: "No puedo mirar esto". ¿No existe siquiera el control de un límite de personas que esa victoria pueda llevar?
Recuerdo otra vez- como a la una de la mañana- vi como un exhausto caballo iba vomitando de cansancio. ¿No existe un horario en que esto deba parar?
Si el Municipio no puede regularizar esta situación y garantizar un trato humanitario hacia estos caballos, habría que pensar seriamente en eliminar el uso de victorias por inhumano.
Carmen Galleguillos
Victorias de Viña del Mar II
Una vez mas mi apoyo total a todos los que estamos por el buen trato hacia los animales y me refiero específicamente al trato dado por los cocheros a los caballos que tiran de las victorias en Viña del Mar. El otro día, mientras caminaba pude observar como una de estas "personas" trataba a este animal, tirando del cordel como loco y el caballo ya se desvanecía. Hasta cuándo tenemos que soportar esta crueldad, terminemos de una vez señora alcaldesa, ya no mas amenazas, saque de circulación estas victorias. Es horrendo el espectáculo de estos indefensos animalitos, que claman por descanso, comida, agua limpia y fresca, para que hablar de sus patas, deben estar destrozadas.
Pilar Guajardo Momberg
Más vale tarde que nunca...
Cuando a estas alturas del partido, aparece la obligación que las personas que asuman cargos en el futuro gobierno deberán firmar una declaración jurada de respeto "a la moral y las buenas costumbres" para evitarse más bochornos, es señal inequívoca que no se está cumpliendo una promesa de la campaña presidencial…debemos ser proactivos….no reactivos…
Luis Enrique Soler Milla
Transporte a Quintero
A menos de un mes de la próxima administración, he comprendido, tras varias tratativas con el sexto piso del edificio Esmeralda, que hace falta más que la inteligencia y preocupación de unos pocos ciudadanos para resolver la situación de indolencia que viven Quintero y Ventanas, materializada, desde hace ya 7 años, en su exclusión e invisibilización respecto del sistema de transporte metropolitano de Valparaíso, TMV.
Con toda seguridad, tras alimentar el abuso monopólico de quienes afirman no ser responsables de las tarifas y condiciones de los servicios de pasajeros entre los dos polos portuarios del Gran Valparaíso, parece que en la Seremía de Transportes sólo están contando los minutos para un cambio de mando que, dado el antecedente dejado por la anterior administración (que originó la anacrónica omisión del norte de la metrópoli), trae más incertidumbres que certezas.
Espero equivocarme, y que las nuevas autoridades adopten la urgencia de reparar celosamente en el error y los males causados desde 2007. De lo contrario, pueden derivarse mayores turbulencias.
Víctor Gabriel Contreras Arenas
Benedicto XVI
Se cumplió ya un año de la inesperada renuncia de Benedicto XVI a la sede petrina, cosa que dio tanto que hablar. Podemos contemplar este gesto con cierta perspectiva que nos proporciona más objetividad. Y me parece que una de las cosas que pone de relieve es cuál es el verdadero sentido de la autoridad.
Parece evidente, en efecto, que la autoridad responde a su esencia cuando se pone al servicio del bien y no cuando se acentúa el ejercicio y la gestión personal. Por eso, sólo quien tiene claro esta jerarquía de valores en el que prima el verdadero bien sobre el ejercicio de la autoridad, a cuyo servicio se coloca, sabrá desprenderse de tal ejercicio en vistas de tal bien. Lo que importa es su fin, no que lo busque tal o cual persona. En este caso, el bien al que se subordina es dirigir la barca de Pedro que exige, en estos tiempos recios, fuertes brazos y un corazón que arda en el amor de Jesucristo, su cabeza. Tal renuncia exige gran humildad pero además es liberadora, pues sólo "la verdad nos hará libres". La imagen del Papa emérito Benedicto XVI orando y ofreciéndose por la Iglesia, sin bajarse de la cruz, ¿no es una imagen de tal libertad?
Esther Gómez Centro de Estudios Tomistas Universidad Santo Tomás
Después de La Haya
Después del ágape de la Haya, el "suspiro limeño" se ha transformado en el "exabrupto limeño".
Pedro Osses González