Tras dos movilizaciones y la presentación de 84 recursos de protección en la Corte de Apelaciones de Valparaíso, los vecinos del sector poniente de la Población Vergara, en Viña del Mar, siguen en pie de guerra por los ruidos molestos y excesos que se generan producto de la numerosa presencia de pubs y restaurantes ubicados en el perímetro de 1 a 8 Norte, avenida Perú y 4 Ponente.
A juicio de los residentes y, pese a las promesas de las autoridades respecto al aumento de las fiscalizaciones y patrullajes en el concurrido sector residencial, la problemática denunciada se mantiene igual.
"Estamos trabajando en el tema en busca de soluciones, hasta el momento desconocemos si se ha cerrado algún pub o restaurante por infringir las normas, ya que al recibir tres multas corresponde la clausura", argumentó Francisco Fernández, representante de los vecinos "indignados", como se hacen llamar.
"queremos dormir"
Fernández enfatizó que, tras la presentación de los recursos legales, "tuvimos un "Veranito de San Juan" que duró apenas 5 días, con presencia de Carabineros y personal municipal, bajando notoriamente la emisión de ruidos y pudimos dormir perfectamente. Sin embargo, estas medidas especiales no continuaron como era nuestra solicitud, queremos dormir".
Como residente del sector, asegura que "ya no soportamos a los clientes que llegan a estos negocios, en el vecindario existen rutinas para lavar los muros de las casas y sacar el olor a orina y excremento o retirar las botellas, condones y calzones que quedan cada noche de carrete".
Se estima que al menos 15 locales son las principales fuentes de emisión de ruidos y que concitan la masiva presencia de público en las noches, incluyendo un prostíbulo que funciona en calle 7 Norte con avenida Perú.
Si bien la alcaldesa Virginia Reginato instruyó la creación de una mesa técnica con los vecinos afectados, el dirigente insistió que "esto es Sodoma y Gomorra, fuente de vicios y alcoholismo entre la juventud. Llega marzo y sigue con el carrete de los universitarios, este es un turismo muy mal entendido, en un barrio residencial que se dice de primer nivel".
El dirigente fue más allá y solicitó la creación de un Barrio Rojo en las afueras de la ciudad, donde se ubiquen "todos los boliches de sandungueo", y de esta forma no entorpecer la vida normal de los vecinos del lugar, tomando en cuenta que en un alto número se trata de adultos mayores.
difícil fiscalización
Uno de los principales problemas para fiscalizar los denominados "ruidos molestos", tiene relación con la actual normativa en materia de medio ambiente.
Según se pudo establecer, Carabineros no cuenta con el denominado "sonómetro", equipo que permite medir la cantidad de decibeles que se emiten desde un local, a objeto de establecer si se está superando el máximo permitido.
Por tal motivo, ante cualquier reclamo de vecinos y una eventual multa al local infractor, podría quedar sin validez ante el Juzgado de Policía Local por no contar con el equipo técnico que respalde la infracción.
infracciones
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Desde el municipio se detalló que, a través de una mesa técnica, participan diferentes unidades municipales, Carabineros y vecinos, con el fin de "aunar criterios y adoptar medidas sobre esta problemática". Se confeccionó un catastro de todos los locales con patentes de alcoholes pertenecientes a la jurisdicción de la Unidad Vecinal, para una revisión general.
El Departamento de Inspección comunal ha fiscalizado las patentes comerciales, tránsito y orden público. Se ha cursado una veintena multas por estacionamientos indebidos, infracciones de publicidad y ocupación pública. En tanto, el Departamento de Medio Ambiente ha realizado las mediciones a la emisión de ruidos molestos, cursando una quincena de multas a los locales que han infringido el límite permitido.
Cambios en el ente fiscalizador
Pese a que la Seremi de Salud cuenta con el equipamiento para efectuar mediciones, debido a la nueva institucionalidad ambiental, solo está facultada para acoger las denuncias por ruido, pero se ofician directamente a la Superintendencia de Medio Ambiente por ser materia de su competencia a través de la Norma de Emisiones. Se considera emisión "todo elemento, compuesto, sustancia, derivado químico o biológico, energía, radiación, vibración, ruido, o una combinación de ellos, cuya presencia en el ambiente, en ciertos niveles, concentraciones o periodos de tiempo pueda constituir un riesgo a la salud de las personas".