Demasiada confusión
El uso del borde costero que se busca imponer en Valparaíso daña la prosperidad. La insistencia en su irrestricta aplicación genera desconcierto. La claridad que exige la toma de decisiones no se logra con un listado de ideas sueltas. Si el análisis no considera la dependencia entre variables relacionadas se arraigarán errores y omisiones que luego habrá que lamentar.
La extensión del sitio 3, mantener los sitios 4-5-6, resguardar la poza y muelle Prat, desalojo de caleta Sudamericana, traslado del dique flotante, el mall Barón, el puerto deportivo, el terminal de cruceros, el Terminal 2 que obstruye la vista al mar, paseo Costanera, salida por Cabritería, la salida sur, las recomendaciones Icomos-Unesco sobre patrimonio y, ahora, en febrero, un puerto Yolanda que borra playa Portales, son aspectos relacionados.
No se observa la armonía que requiere la planificación que acierta con las soluciones que propone.
Los senadores Lagos y Chahuán deberían exigir la elaboración y evaluación de un proyecto del borde costero completo. Así su autoridad se hará efectiva e informada.
Jaime Salazar Rojas
Hundimiento del tren
Vuelven las demandas por mejoras en nuestro metro regional y, como siempre, ocurre hay voces que piden que Merval se extienda hasta Quillota y también a Concón o Reñaca.
Sin desconocer la justicia de esas aspiraciones quiero levantar la voz por Valparaíso. Escuchando al alcalde Castro en declaraciones a raíz de las demandas de esta ciudad, plantea que las obras del metro siguen inconclusas en la ciudad.
El alcalde tiene toda la razón. La vía del metro se hundió solamente en Viña y se dijo que "la próxima etapa era hundirla en Valparaíso". Esa promesa no se ha cumplido. La vía sigue siendo la barrera que nos impide llegar hasta el borde costero y conquistarlo para los porteños. Una buena muestra es el conflicto por Puerto Barón, que no existiría si no existiese una vía férrea y el proyecto accediera directamente a la avenida.
Exijo que las promesas sean cumplidas y que antes de hablar de extensiones del metro, se cumpla la promesa que se le debe a Valparaíso, dejando la vía subterránea.
Pamela Rubio Farías
Vestimenta en la Cámara
"A los diputados les hace falta juventud". Respecto a esa frase emitida por una conductora de noticias de un canal nacional sobre la molestia que ha causado a algunos la ausencia de corbata en la vestimenta de Gabriel Boric en el Congreso, quiero decir que no se trata de un tema de juventud o vejez. Esto se trata de salvaguardar el poco respeto que queda por las instituciones y la autoridad, en una sociedad que cada día se vuelve más simplista. Tengo 22 años y considero una falta de respeto que un nuevo diputado, o cualquier otro, acuda al Congreso vestido de la misma forma como quien va a un asado con los amigos.
Si a todos quienes visitan el Congreso se les exige vestir pantalones, lo mínimo es que los diputados pongan su cuota de respeto y protocolo.
Mirko Suzarte Škarica
Gabriel Boric
Espero que con el primer sueldo el diputado Gabriel Boric se compre un terno, porque su presencia en un acto republicano, como el traspaso de mando, dejó harto que desear. Parece que en realidad le falta educación de calidad. Además, tengo entendido que en el Congreso hay personal de protocolo que podía haber exigido más rigurosidad para asistir a dicho acto.
Luis Toledo Valdés
Padre Da Fonseca
Con profunda inquietud he recibido la noticia del traslado del sacerdote de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de la comuna de Quilpué, cuya permanencia desde hace 31 años han marcado esta iglesia.
Es respetado y querido por las autoridades políticas, representativas y comunitarias de la Ciudad del Sol, y dentro de su camino pastoral es digno destacar algunas acciones: la creación del policlínico de atención gratuita, con 24 médicos, además de otros profesionales voluntarios de la salud, con la debida entrega de medicamentos, logrando atender a 1.000 personas mensuales; la multitudinaria asistencia a misas, ya que entre sábado y domingo 5.000 fieles acuden a ellas; la construcción de unos excelentes, modernos, amplios y acogedores salones para los retiros, charlas y exposiciones de los fieles de la comuna y de la Diócesis si se requiere, ubicados en el paradero 29; la estimulación de movimientos pastorales vivos, logrando sembrar en los fieles la semilla del Evangelio; la mantención de un cementerio católico precioso, respetable, sacro, perfectamente bien administrado, vigilado y sin fines de lucro.
Solo me queda preguntar ¿quién aconseja el obispo para actuar así?
Guillermo M. Sepúlveda Berríos