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Feligreses se oponen a traslado de párroco con cartas y firmas

Quilpué. El padre Jaime Da Fonseca oficiará su última misa a fines de marzo.
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Una profunda tristeza en la comunidad de Quilpué generó la decisión del obispo de la Diócesis de Valparaíso, monseñor Gonzalo Duarte, de trasladar a Quillota al padre Jaime Da Fonseca desde la parroquia Nuestra Señora del Rosario. El mandato, que fue dado a conocer por el presbítero durante la misa del Sagrado Corazón el pasado viernes 7 de marzo, causó desconcierto entre los feligreses que poseen un gran vínculo con el sacerdote, que lidera hace 31 años la labor del templo católico en la Ciudad del Sol.

Con recolección de firmas, cartas de diversas organizaciones de la Iglesia y grupos en Facebook, muchos feligreses han manifestado su descontento e incomprensión con el mandato del Obispado, esperando que además de considerar el gran trabajo que ha realizado el padre Jaime, se tenga presente el estado de salud de la madre del sacerdote, quien, con 99 años, no estaría en condiciones de ser trasladada desde la casa parroquial quilpueína.

Oposición al mandato

Una de las fieles que no oculta su pesar y desacuerdo es Paola Corti, quien envió una carta a este Diario y formó un grupo en Facebook para quienes quieran dar a conocer su malestar.

"Sabemos que la vida de los feligreses de Quilpué no debiese depender del párroco, pero hay personas que son especiales. Esta parroquia destaca por sus procesiones, viene gente de todos lados a escuchar su palabra, además tiene una excelente relación con autoridades y organizaciones sociales. No estoy de acuerdo con su traslado y espero que el obispo pueda reconsiderar su posición".

Paola recordó que de manera espontánea un grupo de jóvenes comenzó una recolección de firmas durante el fin de semana pasado en contra de la decisión, iniciativa que cesó tras reunir 700 rúbricas a petición del propio padre Da Fonseca, pero que de todas maneras harán llegar con mucho respeto al Obispado, con la intención de que monseñor Duarte desista del traslado del sacerdote.

Por su parte, Patricia Badía, quien es secretaria de la Sociedad del Sagrado Corazón de la parroquia de Quilpué, manifestó además su preocupación por la salud de la madre del padre Jaime.

"En este momento no es prudente el traslado, por el peligro que significa la salud de su madre. No lo podemos comprender. El señor obispo tiene un corazón muy grande, espero él pueda entender nuestra congoja y recibir la carta que con mucho respeto le hemos enviado para intentar, al menos, aplazar esta decisión", señaló la representante de la más antigua sociedad de oración de Quilpué.

posiciones encontradas

La disposición superior, sin embargo, es respetada rigurosamente por el sacerdote. "El señor obispo tiene todo el derecho a cambiar de sacerdote, un cambio que se ha realizado en toda la comuna. Yo acato religiosamente y estoy convencido que es la voluntad de Dios. A los fieles, a quienes entiendo y comparto su pena, les he señalado lo mismo", indicó el padre Jaime, quien oficiará misa en la parroquia hasta fines de este mes.

Y si bien muchos de los quilpueínos que asisten regularmente a misa los domingos no esconden su descontento, hay quienes no comparten la determinación, pero aceptan resignados la decisión de monseñor Gonzalo Duarte.

"Hay sentimientos encontrados, muchas personas no entienden la decisión de su traslado, porque él aún esta vigoroso y tiene aún mucho que entregar a esta comunidad", indicó María Eugenia Díaz, de 43 años, quien asiste a la parroquia desde pequeña.

En tanto, con una sola frase Guillermo Sepúlveda dejó clara su postura: "La obediencia no es dialogada", es decir, que como fiel a la Iglesia Católica acata la decisión de monseñor Duarte sin mayor cuestionamiento. "Cuando se supo la noticia nos dio pena, pero en ningún caso se generó un movimiento contrario a la jerarquía de la Iglesia", precisó el profesor de matemáticas y católico muy cercano a la Iglesia.