Preocupación por seguidilla de sismos
El nuestro es un país de temblores, lo que nos obliga ineludiblemente a tener siempre viva conciencia de tal fenómeno y actuar en consecuencia.Individual y colectivamente debemos asumir con máxima seriedad el hecho de que debemos estar permanentemente preparados para hacer frente a contingencias como éstas y adoptar medidas preventivas individuales y grupales.
Los sismos que en los últimos días han afectado a la zona norte del país -y muy en especial a la Región de Tarapacá- han producido especial inquietud. Esta recrudeció con fuerza el domingo pasado, cuando un temblor grado 6,7 en la escala de Richter, con epicentro en las cercanías de Pisagua, obligó a evacuar en forma preventiva la población costera entre Arica y Tocopilla, además de las islas Juan Fernández y San Félix, en la región de Valparaíso, frente a un posible tsunami, tema que fue profusamente difundido a través de todos los medios de comunicación.
Aunque tras ese episodio se esperaban réplicas, hubo una que tuvo lugar el martes, después de las 18 horas, con intensidad de 5,7 grados, que hizo resurgir el temor, avalado por la sumatoria de más de 150 réplicas en dos días, de acuerdo a informes oficiales.
Ante tales hechos, una vez más debemos recordar y subrayar que el nuestro es un país de temblores, lo que nos obliga ineludiblemente a tener siempre viva conciencia de tal fenómeno. Como consecuencia, individual y colectivamente debemos asumir con máxima seriedad el hecho de que debemos estar permanentemente preparados para hacer frente a contingencias como éstas.
En segundo lugar, con lo que hemos visto en los últimos días ha quedado demostrado que existe un sistema de alerta que está funcionando y lo está haciendo bien. Es necesario y conveniente mencionar que lo vivido el 27 de febrero de 2010 dejó una lección que no solamente ha sido bien aprendida, sino que además ha llevado al perfeccionamiento de los sistemas de alerta y prevención.
Aun cuando hay expertos que han señalado que las réplicas comentadas deberían ir disminuyendo poco a poco, no hay que perder de vista que también podría producirse en cualquier momento un sismo mayor, pues ese tipo de fenómenos no son predecibles. Y frente a ello hay que preocuparse de que haya una eficiente adopción de medidas preventivas individuales y grupales.