Durante la semana la atención en Santiago Wanderers se centró en saber si el técnico Héctor Robles confirmaría a José Lafrentez en el arco, luego de una serie de desafortunadas actuaciones, o le daría la oportunidad al también canterano Gabriel Castellón. Y aunque fue este último quien entró como titular ayer ante la Universidad de Concepción, los caturros volvieron a perder.

Aquello demuestra que los problemas que viven los verdes son mucho más profundos, porque la derrota (2-1) frente a los penquistas, un equipo que no ganaba hace ocho fechas, pone la voz de alerta para un cuadro que se mantiene en la parte baja de la tabla del torneo de Clausura y que también podría verse complicado en la general acumulada con el descenso.

En el partido disputado en el estadio CAP de Talcahuano quedaron en evidencia errores tan graves como los que pudo haber cometido Lafrentz en jornadas anteriores. Desatenciones en defensa, un mediocampo al que le cuesta demasiado controlar el balón y una ofensiva que no provoca ningún daño a sus rivales son los síntomas de lo que parece una enfermedad crónica.

El esquema táctico empleado por Robles, que no difiere mucho del que utilizaba Ivo Basay, tampoco parece generar resultados. Con un hombre en punta, muchas veces huérfano y presa de las defensas contrarias, no recibe el apoyo necesario de los volantes-punteros externos.

Es decir, Gastón Cellerino no logra conformar un tridente que lleve riesgo junto a Leonardo Valencia y Matías Mier. Jorge Ormeño, recorre la cancha sin problemas dejando más para la marca a Andrés Robles y Fernando De la Fuente, pero tampoco se siente cómodo cuando tiene que subir algunos metros.

NÚMEROS ROJOS

Así, el resultado final termina siendo un equipo que en cinco partidos de visitante no ha sumado ningún punto y que en el Clausura ya completó cuatro pleitos sin triunfos (la última alegría se vivió en casa ante Unión La Calera). Registro que hace difícil que los hinchas se puedan entusiasmar con la posibilidad de que los caturros accedan a la liguilla de Copa Sudamericana, que parece al alcance de la mano incluso para los más irregulares.

Contra la escuadra de Pablo "Vitamina" Sánchez nunca hubo una ocasión clara para abrir el marcador en los primeros 45 minutos. Quizás un choque de Cellerino con el arquero Cristián Muñoz que dejó la pelota a la salida del área penquista, pudo servir, pero nadie aprovechó los segundos que el arco estuvo desprotegido y un posterior remate elevado de Mier fue el mejor ejemplo de que la puntería se le extravió a los verdes hace rato.

Para colmo, a los 39" Mauricio Prieto se enredó sin necesidad en un balón que tendría que haber reventado a la tribuna. La perdió de manera infantil ante la insistencia de Pedro Muñoz, quien la envió al medio del área y terminó con el gol de Leonardo Monje.

ERRORES FATALES

ERRORES FATALES

El debutante Castellón no tuvo nada que hacer, ya que el disparo de la "Pulga Atómica", fue desviado por la pierna izquierda de Agustín Parra. Se trataba de la primera llegada concreta de los locales, que tampoco realizaron un gran partido.

La calidad del espectáculo estuvo lejos de mejorar en el complemento y la segunda estocada de los del Campanil llegó con un tiro de distancia de Fernando Manríquez. El volante recibió a la salida del área un balón que despejó de cabeza Nicolás Canales después de un córner y su disparo resultó imposible para el golero verde.

Canales pudo descontar un minuto más tarde, pero no conectó bien de cabeza un centro de Valencia. El gol del honor llegó recién a los 88" gracias a un testazo impecable de Cellerino tras envío de Óscar Opazo. Poco antes al ariete le habían cometido un penal claro que no fue sancionado, pero la reacción verde resultó muy tardía.

Un panorama complejo para el conjunto de Héctor Robles, que ahora se deberá enfrentar en Playa Ancha contra un siempre complicado cuadro de Unión Española, con muchas tareas pendientes por resolver.