Dos adolescentes, equipados a la usanza de Francisco "Chaleco" López, improvisan una carrera de motocross en la calle Calafquén en el sector Los Pinos de Reñaca. Aferrados al manubrio, brincan sobre un montículo y, al caer, pican las ruedas contra la tierra para luego derrapar levantando una bruma de polvo que se adhiere a las casas que colindan la calzada.
Una escena que, afirma Carla Cuneo, residente de Los Pinos, se repite todos los fines de semana y que en invierno adquiere mayor vértigo.
Asevera: "Cuando la tierra se moja y el suelo queda resbaloso, los chicos que andan en moto empiezan a hacer carreras donde se resbalan en el barro. En las noches llegan autos que hacen lo mismo: andan a toda velocidad y de pronto frenan y patinan. A mí me da terror porque las casas están ubicadas en la orilla. ¿Qué pasaría si uno de estos autos o motos cae dentro de una casa?".
Ésta, junto a otras situaciones que afectan la seguridad vial de Los Pinos, como el flujo de camiones de alto tonelaje que usan la calle Calafquén para conectar con el camino internacional, ha hecho que los habitantes organicen constantes reuniones junto al presidente de la junta de vecinos. Afirman que, si bien han tenido apoyo, su "calidad de vida" ha disminuido y que sus hijos ya no pueden salir a las calles.
"Los niños no pueden andar libres debido al tema de la velocidad con la que pasan los camiones y motos. Hace un par de semanas, por ejemplo, atropellaron a uno de mis perros", comparte Jacqueline Avendaño, residente del sector. Carla Cuneo complementa: "La calle se ha convertido en un atajo entre el camino internacional y el acceso a Reñaca. Los camiones de alto contenido pasan a exceso de velocidad, dejando hoyos y levantando polvo, por este camino que no está pavimentado".
Polvareda
No solo la seguridad inquieta a los habitantes de Los Pinos. También lidian con polvaredas que tienen a sus casas bajo una bruma constante. Jacqueline Avendaño afirma que "Mantener el aseo es complejo pues hay que estar periódicamente limpiando el polvo que se cuela desde la calle". Carla Cuneo agrega que "si la casa no tiene cierres naturales, como pinos, el polvo lo tapa todo y se deposita en el interior".
Mónica Aspillaga es propietaria de la chocolatería M&A Praliné, Calafquén, y manifiesta estar afectada por la polvareda. "Todos los parceleros nos vinimos para acá porque queríamos tener paz y resulta que esto es una cosa horrorosa: ya no se puede ni respirar. Estoy con bronquitis y conjuntivitis y, además, constantemente nerviosa porque estoy sintiendo temblores durante todo el día: son los camiones que transitan y que incluso tienen quebradas las terrazas de mi casa".
¿Qué exigen?
La opinión de los vecinos discrepa en cuanto a soluciones. Carla Cuneo, por ejemplo, asevera que algunos residentes no quieren que se pavimente la calle Calafquén debido a que "este sector nació como una comunidad que buscaba no ser urbana. Lo que si queremos es que regulen el tema de los camiones". En tanto, Mónica Aspillaga dice estar a favor de pavimentar. "Acá no nos dejan poner lomos de toro ya que no está pavimentado. Entonces no hay forma de regular la velocidad. Es urgente pavimentar".
Ana Schmidt residente en calle Ranco, perpendicular a Calafquén, asevera que la junta de vecinos de Los Pinos se ha preocupado por buscar opciones. "Pero no todos cooperan. Entonces he intentado opciones alternativas. Con una vecina, por ejemplo, hicimos una zanja para que los automovilistas disminuyeran la velocidad. Ante esto, nos insultaron y llegaron con palas a taparla".
Jacqueline Avendaño expresa tener una idea loable: "Lo adecuado sería dejar que algunos camiones ingresen por Calafquén y otros por una calle adyacente".