Medios y terremoto: la lección no aprendida
La postal es conocida. Un periodista persigue a un afectado con preguntas del tipo "¿cómo se siente?". La respuesta es un lugar común: el entrevistado no puede evitar las lágrimas, porque tras vivir un momento traumático se siente indefenso (¿podría ser de otra forma?).
En 2010, cuando el 27/F despertó a gran parte de Chile, el Consejo de Ética de los Medios de Comunicación hizo una advertencia respecto de la forma en que los comunicadores estábamos haciendo nuestro trabajo, sobre todo en televisión.
"Si el periodista no puede ser un observador distante, tampoco debe dejar que prime la emotividad", afirmó la entidad en su resolución del 8 de abril de ese año. Rechazó, además, prácticas que se nos han hecho ya habituales y que "constituyen un verdadero encarnizamiento con los afectados, a quienes se los lleva a paroxismos de emotividad mediante preguntas inconducentes y carentes de todo propósito informativo". ¿Alguien puede creer que una mujer escapando del posible tsunami, de noche, con su bebé en brazos, un coche y enseres varios colgando, puede sentirse bien?
Maxwell Mc Combs sintetizó hace ya varios años las funciones del periodismo: vigilancia de los peligros; consenso, a través de la producción de respuestas de la sociedad, y transmisión de la herencia social… ¿Cuál de estas funciones se está cumpliendo cuando se genera pánico y se transforma la información en un show?
Pasaron cuatro años desde el 27/F, pero la imagen no cambió mucho: un periodista le pregunta a una mujer que escapa cerro arriba si la última réplica fue más fuerte que la anterior (¿será experta en sismología?) y termina persiguiendo a una mujer que le da la espalda y que corre con un niño que llora histérico. Todas estas, postales muy lejanas al rol que planteó Mc Combs.
El Consejo de Ética manifestó también que los periodistas debemos evitar el protagonismo… Otra lección no aprendida desde 2010: ¿qué hace una reportera en cámara, al borde del ataque de pánico, mientras vive una réplica en Iquique?
Los medios se defienden señalando que deben mostrar la realidad. Y, efectivamente, nuestra función es informar y constatar los hechos. Pero tan importante como aquello es orientar a la población, no aumentar el temor. Y hasta ahora, los periodistas estamos quedando "al debe" en esta materia, sobre todo en momentos límites.
Karen Trajtemberg
Profesora Escuela de Periodismo U. Adolfo Ibáñez