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La Cruz ya levanta sus primeras casas

VALPARAÍSO. Se esperaba que las familias anoche durmieran por primera vez bajo sus nuevos techos.
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El golpeteo de los martillos y el trajín de los voluntarios ayer por la tarde era incesante en la parte más alta del cerro La Cruz. En la estrecha calle El Vergel, por ahí ya sin pavimento, compartían los improvisados jóvenes constructores, las familias afectadas por el gran incendio, militares fuertemente armados y muchos niños. Para los oídos: la música de una batucada por un lado y versos al ritmo del hip hop por otro. Para la vista: rostros de alegría en medio del catastrófico escenario.

En ese sector, conocido como la "Toma El Vergel" vivían 189 familias. Algunas llevaban décadas ahí y así habían conseguido levantar casas de tamaño mayor que se habían salvado de otros incendios forestales.

LA NUEVA CASA

Las primeras 32 viviendas de emergencia comenzaron a levantarse el martes. Son mediaguas de 6x3 metros, de un ambiente, construidas con paneles de madera aglomerada (OSB), techo de zinc acanalado y dos ventanas de aluminio. Su valor aproximado alcanza los $ 750 mil.

"Es una vivienda muy básica, por lo que nosotros no queremos que las familias la consideren como una vivienda definitiva", advierte David Catalán, miembro del equipo logístico de Techo, organización a cargo de coordinar a los cerca de 200 voluntarios que, en cuadrillas de seis, construyen en tres días cada una de las viviendas entregadas por el Estado.

Catalán cuenta que existen varias iniciativas que buscan llegar con equipamiento de electricidad y baños secos a las pequeñas casas. Por ahora deben usar los baños químicos que pueden verse cada tantos metros en el sector y beber agua embotellada o sacarla de grandes estanques dispuestos en algunos puntos.

JÓVENES SOLIDARIOS

A partir de hoy, un nuevo grupo de jóvenes llegará para trabajar hasta el domingo. Se espera que logren levantar 70 mediaguas más, por lo que el contigente de voluntarios crecerá con la llegada de estudiantes de las universidades Federico Santa María y Católica de Valparaíso.

El ambiente que rodea la construcción de cada vivienda se aprecia muy distendido y colaborativo. Los jóvenes, algunos de ellos extranjeros, comparten conocimientos con los miembros de las familias que vivirán ahí y los almuerzos o sándwiches que organizaciones o particulares llevan para aportar la energía necesaria en las jornadas de ocho horas de trabajo.

Jared Román es uno de ellos. Aprovechando su tiempo, ya que no está estudiando, decidió sumarse a la misión de reconstruir parte de la vida de una familia que lo perdió todo. "La gente de aquí, los locales, es súper amable. Por ejemplo, nosotros tuvimos la suerte de trabajar con Mauricio, que sabe harto del tema, entonces los nuevos como yo llegamos bien inexpertos y nos pusimos a trabajar nomás; con un plano y a medida que nos iban llegando los materiales fuimos avanzando bastante rápido", comentó.

Mauricio (Contreras), aludido por Jared, es carpintero de oficio y uno de los tres integrantes del grupo familiar que consiguió terminar primero la construcción de su mediagua. Él había ampliado poco a poco la casa en la que vivía con su madre, quien llegó al sector hace unos 30 años. Tras el incendio, "con las latas quemadas que quedaron y algunos fierros y palos que pillamos hicimos un cuartito, un ruco", cuenta para describir donde estaban durmiendo hasta el miércoles.

Sobre la ayuda de los voluntarios, el joven obrero dice que "la relación ha sido impecable. Ellos han hecho todo. Yo sé de este tema, pero ellos la han hecho".

Respecto a su futuro, Mauricio comenta que "esta es la partida. De aquí para adelante tenemos que ampliarnos aquí mismo, pero hay que ver las lucas".