Municipio evalúa a través de planos los riesgos en quebradas
valparaíso. Los documentos fueron entregados el pasado viernes por el Minvu, y no se descarta expropiar los terrenos. Los lugareños se niegan a abandonar.
Determinar cuáles y cuántos son los fondos de quebrada donde no se podrá edificar, es la ardua tarea que durante los próximos días deberá liderar la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo junto a la Dirección de Obras de la Municipalidad de Valparaíso. El viernes pasado Matías Valdés, director de obras de la casa consistorial, recibió los planos que permitirán definir esas áreas y dar cumplimiento al mandato presidencial que prohibe la construcción de viviendas en varios de los sectores afectados por el incendio que destruyó 2.900 casas en 965 hectáreas.
"El Premval regulariza lo que antiguamente estaba fuera del radio urbano, pero es muy general. La ordenanza señala que en 50 metros de cada costado de las quebradas habrá zonas de restricción, pero no las muestra. Por eso junto al Minvu trabajamos en un plano que permitirá definir medidas de mitigación necesarias en esos sectores", indicó Valdés.
Prohibición por riesgo
Por su parte, el delegado presidencial para la reconstrucción, Andrés Silva, ha sido claro en manifestar que no se permitirá la instalación de viviendas en fondos de quebrada, explicando que el concepto se define con los instrumentos de planificación territorial vigentes y sobre los cuales trabajan los organismos pertinentes, reiterando el llamado a no construir en zonas de riesgo, porque cuando se entregue el plan de reconstrucción definitivo se establecerá la reconversión de esos terrenos en caminos y lugares de uso público.
"No queremos generar alarma con esta situación (…) Lo más probable es que ya tengamos alguna intervención en fondos de quebrada, por lo que el llamado a los pobladores es que no se instalen en esos lugares; porque lo más probable es que a lo mejor, hoy por la emergencia o mañana con el plan de reconstrucción definitivo, serán ocupados en algo distinto", sostuvo Silva, quien agregó que jurídicamente la propiedad o título de dominio no garantiza seguridad sobre el mismo, ni permisos de edificación.
"No tenemos el detalle jurídico fino, en eso está trabajando el Ministerio de Vivienda y debiese entregar dentro de los próximos días el catastro de cuál es la situación de cada una de las viviendas damnificadas. En algunos casos lo más probable es que se tenga que expropiar e indemnizar para poder ejecutar los proyectos que determine el Gobierno", aclaró.
Regularización
Tras la publicación oficial del Plan Regional Metropolitano de Valparaíso (Premval) el seremi de Vivienda, Mauricio Candia, especificó que si bien este tiene una mirada macro y no actúa como un Plan Regulador Comunal (PRCV), donde se definen las normas territoriales a menor escala, establece una propuesta de extensión urbana que incorpora dentro del área de desarrollo los terrenos en que habitan miles de familias en situación irregular.
Tal es el caso de Myriam Olea de 43 años, quien vive hace 26 años en el sector de las tomas de La Fontaine en el cerro El Litre. La mujer, que trabaja en confección de cortinajes y manualidades, asegura que pese a que estarían en el eje de la quebrada, diversas autoridades que han inspeccionado el terreno le han afirmado que su familia estaría dentro del 20% que podría regularizar su situación habitacional.
"Hablé directamente con el alcalde, ya lo había hecho antes. Él vino a mi sitio y me dijo que me ayudaría a arreglar mis trámites para que yo pueda regularizar. El miércoles fui al Muelle Barón y justo lo encontré, me alteré, pero no lo insulté y ahí él se comprometió conmigo para que yo pueda tener mi mediagua", contó.
José Leiva también vive en una zona que puede ser calificada como riesgosa, sin embargo, su familia habita un sector del lote que le pertenece a su hermana en el cerro Las Cañas, por lo que después de instalar la vivienda de emergencia que le donó la escuela en donde estudia su hijo insiste en que no se irá, pese a las advertencias del Gobierno.
"Nosotros no nos moveremos de acá. No me gustan los departamentos porque son chicos y yo tengo una familia grande, somos ocho adultos y mi nieto. De la quebrada no nos saca nadie, porque ya estamos acostumbrados a vivir aquí. Esto ya pasó, y no creo que vuelva a pasar, además ya tenemos todo limpio y empezamos a construir".
El hombre de 45 años, que trabaja como ayudante de construcción de un particular en el sector de Peñablanca, es uno de los cientos de porteños que durante años han compartido un terreno con familiares, del cual por lo general no poseen títulos de dominio. Por lo mismo, una solución habitacional que implique una vivienda pequeña no les entrega seguridad ni confort para seguir con su vida de manera normal tras enfrentar el devastador incendio.