Prepararse para más incendios
Académico sostiene que por el cambio climático que se avecina Valparaíso y Chile en general deben aprontarse para hacer frente a esta clase de emergencias.
Después de la gigantesca catástrofe que afectó y que se mantiene en su compleja fase de reconstrucción, se han planteado diversas fórmulas para prevenir los incendios forestales.
A las documentadas sugerencias para establecer las causas y las medidas que deben adoptarse desde los diferentes niveles, apara afrontar este problema, se suman los conceptos entregados a nuestro diario por el ingeniero industrial de la Universidad Católica de Chile y magíster en Gestión del Carbono de la Universidad de Edimburgo, Rodrigo Céspedes, quien sostiene que Valparaíso y Chile en general, deben aprontarse para más y mayores incendios forestales. El académico precisa que el megaincendio que afectó a Valparaíso revela "no solo la falta de planificación frente a emergencias de las autoridades en Chile, sino también lo mal preparados que estamos en materia adaptativa frente al Cambio Climático", y que además el aumento de temperaturas y de periodos de sequía del cambio climático están en el origen del fenómeno.
Las advertencias que aporta este experto, que además es profesor de tesis en la Universidad Andrés Bello, deben ser tomadas en cuenta con mucha responsabilidad, ya que afirma que es imperativo que Chile se prepare adecuadamente para un aumento sustancial en el número y la ferocidad de los incendios forestales, fijando medidas adaptativas que al menos incluyan: gestión de recursos forestales y acuáticos, capacitación de la población, diversificación de los ecosistemas y aplicación de nuevas tecnologías en forma transversal a estos temas.
Estas recomendaciones cobran una relevante realidad en el caso de Valparaíso como también de Viña del Mar, con peligro agravado por los asentamientos en quebradas, microbasurales, bosques y matorrales que rodean viviendas de precaria construcción.
Enfatiza en que el cambio climático que se avecina en nuestro país, redobla los riesgos con aumento de temperaturas y disminución de lluvias. El primer efecto causa que la masa forestal esté más seca y, por lo tanto, más susceptible a la ignición y propagación, mientras el segundo factor implica que existirá menos control de estos incendios en forma natural.