Gran sorpresa y cierto temor demostraron los comerciantes de la popular "Feria de las Pulgas" de la avenida Argentina de Valparaíso al conocer las características de un proyecto que hace un par de días inició sus primeros trabajos en la zona emplazada entre las calles Juana Ross, Victoria y Rancagua. Se trata de un centro comercial de siete pisos de altura que tendrá además tres niveles subterráneos para 400 estacionamientos.
Son cerca de 1.300 puestos los que cada fin de semana se instalan en el sector patrimonial del Almendral para vender todo lo que a usted se le ocurra. Más allá de tener la certeza de contar con una clientela fiel que los prefiere desde 1985, la mayoría de los feriantes piensa que un futuro Mall en la zona podría perjudicar sus ventas; además de desconocer la envergadura de la obra temen que la administración luche por sacarlos de un lugar que por tradición les pertenece.
Desconocen la obra
"Me dejaste ¡plop!, no sabíamos que era lo que construían ahí. Con todos los años que nosotros llevamos aquí es difícil que nos saquen, no lo pudieron hacer con la feria de verduras de la semana hace un tiempo atrás, así que tampoco lo harán ahora", asegura vehemente Delfina Silva, vendedora de artículos de aseo y miembro del Sindicato N° 1 de la Feria.
Mario Leiva , quien vende libros hace 20 años en el sector no parece tan confiado, el hombre de 76 años cree que podrían verse afectados, por que a su parecer el dinero y quienes lo poseen siempre terminan ganando.
"Ellos podrían querer echarnos de acá, ojalá que no sea así. Hay temor, pese a que uno tiene clientes de años, yo estoy del año 1979. El único miedo es que nos quieran echar". El comerciante agregó que el sector le pertenece por derecho adquirido a los feriantes que se instalan durante la semana, quienes hace más de 80 años ofrecen frutas y verduras frescas a los porteños.
Para Pamela Riquelme quien creció en la Feria colaborando en las ventas de su familia, un centro comercial no solo perjudicará a los feriantes sino que también a los habitantes del sector quienes verán alterada la armonía urbanística de la zona.
"Obvio que nos afectará, ellos son mucho más grandes que nosotros, van a comprar por grandes cantidades y pueden tener otros precios. Tenemos nuestros clientes, pero vamos a ver qué pasa con la gente que llegue, los precios que tendrán y si finalmente nos afectará. Igual no está bien que se instale un tremendo edificio en este sector, acá hay un barrio patrimonial y una mole así perjudicará la vista al mar y la armonía del lugar", manifestó la mujer de 38 años que vende ropa interior en la avenida Argentina.
Férrea Oposición
Por su parte, la concejala Paula Quintana opina que la instalación de un Mall de estas características perjudicará al comercio local de Valparaíso debido a que los grandes centros rentabilizan sus ingresos en una ciudad diferente.
"Pienso que es más favorable potenciar el comercio de menor escala. En ciudades como Lisboa, que tiene similitudes con Valparaíso, han logrado mantener esa identidad con el comercio de bazar potenciando un desarrollo turístico tremendo".
La edil, conocida por su férrea oposición al proyecto Puerto Barón en el borde costero piensa que se debe revisar además el impacto vial que tendrá la obra en el tránsito de la principal avenida de ingreso a la ciudad, debido a la alta congestión vehicular que se produce en las horas peak.
"Me dejaste ¡Plop!, no sabíamos que era lo que construían ahí (...) Con los años que nosotros llevamos es difícil que nos saquen"
Delfina Silva
Miembro del Sindicato N°1
"Ellos podrían querer echarnos de acá, ojalá que no sea así. Hay temor, pese a que uno tiene clientes de años"
Mario Leiva
Vendedor de la Feria
"Obvio que nos afectará, ellos son mucho más grandes que nosotros, van a comprar por grandes cantidades y pueden tener otros precios"
Pamela Riquelme
Vendedora de la Feria