Máximo rigor en profesiones de la Salud
Patricio Sanhueza V.
Chile se había caracterizado por tener buenos y confiables profesionales en el área de la salud, reconocidos nacional e internacionalmente. Esta es una condición indispensable en un área tan vital como la salud. La conciencia sobre este tema motivó en 2005 la presentación de un proyecto de ley que declara a las carreras de nutrición y dietética, terapia ocupacional, kinesiología, fonoaudiología, tecnología médica, enfermería, obstetricia y puericultura, como exclusivamente universitarias.
La ley orgánica estableció en su oportunidad que un conjunto de carreras que requieren licenciatura fueran exclusivamente universitarias y las determinó en virtud a la magnitud de los impactos que generan en las personas y en la sociedad en su conjunto, entre las que incluyó a medicina, arquitectura, odontología, derecho, pedagogía, entre otras. Esta clasificación tuvo por propósito elevar el nivel de exigencias para carreras que desarrollan bienes que la sociedad requiere que se cumplan con excelencia y que el Estado está llamado a garantizar y cautelar. En este caso se trata de profesiones cargadas de responsabilidad social porque se deja en sus manos la vida, el bienestar físico y psíquico de las personas, cuya relevancia genera especial preocupación y hace que dichos bienes públicos encabecen la lista de los derechos universales fundamentales como también la lista de los derechos constitucionales. Lamentablemente el lucro le ha hecho mal a la educación superior y ha permitido que ese fin, el de lucro, haya logrado poner en tela de juicio fines de entidad superior y que constituyen derechos esenciales.
Se trata entonces de carreras que requieren exigencias mayores, entre las cuales está que sus planes de estudio contemplen licenciaturas en las especialidades. Lo anterior significa que esta formación no se limita a técnicas y a procesos, sino también a entregar sólidas bases científicas y metodológicas para la investigación en estos campos del saber. La licenciatura que acompaña al título profesional es la que permite, en nuestra legislación, continuar estudios de postgrado, avanzar en las especializaciones y en la creación de conocimiento nuevo a través de la investigación científica, razón suficiente para que estas carreras las impartan solo las universidades.