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La cinta turca 'Winter Sleep' gana la Palma de Oro en Cannes

cine. El director Nuri Bilge Ceylan dedicó el triunfo a la juventud de su país que participó en la revuelta política.

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El director turco Nuri Bilge Ceylan logró ayer la Palma de Oro de la 67 edición del Festival de Cannes por 'Winter Sleep', un drama familiar que retrata también las complejidades de la Turquía actual.

'Quiero dedicar este premio a la juventud turca. Aquellos que han perdido la vida en los últimos años en las revueltas', dijo al recoger el galardón de manos de Uma Thurman y Quentin Tarantino, ganadores hace 20 años del galardón con 'Pulp Fiction'

'Winter Sleep', que figuraba entre las máximas favoritas, también había recibido la aprobación especializada el viernes, cuando se alzó con el premio de la crítica internacional FIPRESCI.

Ceylan llevaba años rozando el prestigioso premio. Con 'Uzak' (2003), su primer largometraje presentado en competición en Cannes, se llevó el Gran Premio del Jurado.

Con 'Three Monkeys' (2008) fue proclamado como mejor director y en su última visita ('Once Upon a Time in Anatolia', 2011) volvió a alzar el Gran Premio del Jurado.

La cinta es la segunda película turca que gana la Palma de Oro tras el premio que obtuvo Yilmaz Guney en 1982 por 'Yol'.

El festival cinematográfico francés entregó el Gran Premio del Jurado a 'Le meraviglie', de Alice Rohrwacher (Italia, Suiza y Alemania). El galardón al Mejor director fue para Bennett Miller ('Foxcatcher', EE.UU.), mientras la mejor interpretación femenina se la llevó Julianne Moore, por 'Maps to the stars' (Canadá y Alemania). Mejor interpretación masculina fue para Timothy Spall ('Mr. Turner', Reino Unido).

La Orquesta Huambaly está de regreso en los escenarios locales

música. El hijo de uno de los antiguos miembros del combo trabaja en la vuelta de la banda.

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Para entender el alcance que tuvo la Orquesta Huambaly en Chile hay que remontarse a los años cincuenta. Santiago, una naciente metrópoli de carácter bohemio, gustosa de bailar hasta la madrugada al ritmo en vivo de las congas y las trompetas, tenía en los 'malones' armados en torno a relucientes discos Odeón el espacio ideal para el surgimiento de un combo de este tipo.

Ya en esos años había penetrado la cadencia gozosa y exótica de lo afrocubano, apoderándose de las caderas nacionales bajo la batuta del chachachá de Xavier Cugat o el mambo de Pérez Prado.

Ya en el año 1954, el mismo en que todo el mundo caía rendido ante la potencia vocal de la Edith Piaf cantando 'La vie en rose' y miraba embobado a Marilyn Monroe y su vestido blanco en 'La comezón del séptimo año', se formó la Huambaly al alero de la legendaria boîte Nuria, en pleno centro de Santiago.

A medio siglo de su disolución, el sonido y el trabajo de una de las más afamadas y queridas orquestas chilenas de música tropical ha vuelto a los escenarios.

El nuevo aire de esta agrupacióin musical es obra del minucioso trabajo del maestro Marcos Aldana, músico de jazz e investigador, quien rinde tributo a la banda de su padre Enrique 'Kiko' Aldana, quien fuera célebre saxofonista y uno de los fundadores de esta recordada agrupación.

La labor de Aldana partió con una tarea para nada menor: confeccionar partituras de piezas musicales de las que sólo conservaba vinilos.

De esta manera se abocó durante cinco meses, en un retiro casi de claustro, a completar 32 piezas del generoso repertorio de la Huambaly que supera el ciento. Posteriormente se dio a la tarea de reunir a destacados músicos con los cuales armar el sólido cuerpo de vientos, percusiones y teclados hoy la sustenta.

Marco Aldana además cuenta que se vio impulsado a este rescate porque quería hacer algo de calidad y poner las cosas en su lugar respecto de la Huambaly, 'dar un golpe de timón, generar una tendencia que nos saque de lo mediocre'. Reconoce que hubo intentos de otros por revivir la orquesta pero no daban con el ancho y que él tiene el privilegio de ser hijo de uno de sus miembros y conocer la historia de la agrupación desde un trasfondo emocional, 'hace unos ocho meses me di cuenta que la gran herencia que me dejó mi padre fue la Huambaly, algo que nunca antes pasó por mi cabeza'. Feliz con la formación de 'este gueto de músicos' como lo denomina, también le agrada y sorprende que gente joven llegue después de un show, 'una joven se me acercó y me dijo 'gracias porque la me trajeron el olor del patio de mi abuelita, esos días de verano que la visitaba y escuchábamos a la Huambaly'.

Otra arista que releva es la estrecha relación que sostienen con el jazz, 'nosotros lo que hacemos no es pachanga, no es la cumbia de fonda'. Y la respuesta de los músicos ha sido extraordinaria, 'el trompetista me dice 'olvídate, yo no voy a soltar nica la segunda trompeta, a mí no me echai', están absolutamente enamorados del proyecto, de este diamante en bruto que vamos a pulir'.

Respecto de las principales diferencias de estos músicos respecto a los originales sostiene que son mejores músicos, 'lo mejor de lo mejor que pude encontrar' pero que todavía falta el fogueo de tocar todas las noches como la Huambaly, 'ese es un potencial muy grande'. Sobre la experiencia de tocar en vivo que han tenido confiesa que aunque hay nervio están encantados, 'las siete actuaciones que hemos tenido en el 'Thelonius' han sido a puerta cerrada, gente arriba de las mesas cantando el 'Arroz con palito'.

Sobre el repertorio escogido han tomado primero los temas más emblemáticos pero pronto irán por los más desconocidos con nuevos arreglos y ensambles, además cuenta que ha tenido propuestas de voces femeninas para cantar algo del repertorio.

Sobre visitar regiones esperan ofertas para hacerlo a la brevedad y 13 reconoce que mover a trece músicos no es fácil, 'espero tomar un avión hasta Arica y bajar por todo Chile tocando'.

En cuanto a grabaciones, tienen pensado postular a un Fondart ya que cree que son un patrimonio nacional musical que merece ser relevado y ser llevado a todo el país.