El pasado 30 de junio, los senadores presentaron sus indicaciones al proyecto de ley que fija en un 20% la emisión diaria de música chilena en radios. Uno de los que presentó mayor número de modificaciones fue el senador Alejandro Guillier, que entre sus propuestas se encuentra la de establecer el desarrollo de programas que estimulen la aparición de espacios públicos y privados para la realización de shows; inaugurar una amplia base digital de datos en torno a la música del país; que el 3% de lo recaudado por venta de entradas en eventos de figuras extranjeras vaya para el Fondo de la Música; y que el concepto de 'emergente' sea definido por un reglamento expendido por el Ministerio de Educación.
Por su parte, el senador Francisco Chahuán apuntó a uno de los conceptos más polémicos del proyecto: la línea editorial de las radios. Al respecto, expuso que aquellas radioemisoras que no se ajustan con la rotación inmediata de música chilena puedan contribuir con 36 emisiones mensuales para la difusión de conciertos locales o con una entrevista semanal a un personaje del rubro. También propuso que las entidades de gestión, como la SCD, rebajen el 30% de comisión que piden a los artistas por conceptos de cobros de administración, fijando el monto en 15% y en no más de 5% con los artistas más nuevos.
Este último punto volvió a encender las alarmas. En una carta publicada el pasado domingo a 'El Mercurio' -y firmada por Esperanza Silva, presidenta de Chileactores; Patricia Politzer, presidenta de la Sociedad de Derechos Literarios; Eduardo Peralta, presidente Sociedad Chilena de Intérpretes; Arturo Duclós, presidente de Creaimagen; Gustavo Meza, presidente de la Sociedad de Autores Nacionales de Teatro, Cine y Audiovisuales; y Alejandro Guarello, presidente de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor-, se expone que esta última indicación 'busca desviar la atención y desnaturalizar totalmente el proyecto, poniendo el foco en el trabajo que las sociedades de gestión colectiva realizan por la protección de los derechos de autor'.
En la misiva se agrega que 'si lo que se busca es mejorar o 'transparentar' el trabajo de las sociedades de gestión colectiva (...) lo que corresponde es iniciar una nueva discusión, para legislar en otra materia, y para todos los organismos de este tipo que hoy existen en Chile'.
Respecto a este tema y otros, Guarello toma la palabra.
-¿En qué beneficia o perjudica las indicaciones ingresadas por los senadores a los músicos?
-Las indicaciones más que beneficiar o perjudicar a algún grupo, deben ir en la línea de mejorar y aportar al desarrollo de un proyecto. En este caso esa premisa no se cumple, puesto que si bien algunas indicaciones efectivamente toman el espíritu de esta ley y buscan avanzar en su implementación, un gran porcentaje de ellas simplemente lo desnaturalizan buscando incluso dejarlo en letra muerta. Plantear, por ejemplo, que las radios que no puedan adherirse a la normativa puedan hacer una cantidad de entrevistas mensuales a músicos nacionales para poder soslayar la cuota del 20% de emisión de música nacional, se aleja completamente del espíritu del proyecto.
-¿Como las relacionadas con las sociedades de gestión?
-Efectivamente. Creemos que parte de la estrategia acá es precisamente desviar el foco de atención desde el problema actual a uno que se intenta crear. Muchas de las indicaciones propuestas tienen relación con el funcionamiento de las sociedades de gestión, las que están regidas por la ley de Propiedad Intelectual y no la ley de Fomento a la Música que es la que aquí se discute. Por lo demás, todas las supuestas propuestas apuntan a intervenir en el funcionamiento autónomo de una sola de las entidades de este tipo que existen en Chile -la SCD- siendo que no es en ningún caso la única.
-¿En qué sentido?
-Por ejemplo, se busca reducir el porcentaje máximo de gastos de administración y establecer mecanismos de recaudación y distribución por concepto de derechos de autor que no tienen relación en absoluto con el espíritu de esta iniciativa de ley. El proyecto original no busca réditos económicos para los músicos, sino que se garantice un equilibrio entre el altísimo nivel de difusión que tiene la música extranjera y la exigua rotación de las obras locales en las radioemisoras chilenas.
-Esto quiere decir que no habría cambios en el funcionamiento de la SCD.
-La ley apunta a difundir la música chilena en las radios nacionales que usan una señal pública para funcionar y existir. No tendría por qué cambiar el funcionamiento de una sociedad que protege y administra derechos de autor con esta norma.
-¿Qué significa para uds. que la ley esté más cerca de aprobarse, tras 7 años de discusión?
-Cuando la ley fue aprobada en general por el Senado en junio pasado, nos alegramos muchísimo. Este avance representa un gran anhelo de nuestros músicos, y un paso importante en la protección de nuestra cultura en general, por ello para nosotros como agrupación que reúne a más de 8 mil músicos chilenos este hito fue relevante. Esperamos que en esta etapa de indicaciones se conserve ese espíritu que primó en la votación, y no se desvirtúe la discusión de un tema que tiene como objetivo final aportar al desarrollo de nuestra identidad y la protección de la cultura nacional.
Las indicaciones presentadas deben ser discutidas por Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología. En caso de aprobar los cambios pasaría al Senado para su votación en particular, y de ahí a la Cámara. Se espera que esté lista a fines de este año, para que comience a regir el 2015.