La importancia de 'el chalet'
Gonzalo Abarca Gambaro
Uno de los tipos arquitectónicos que forman parte del acervo en nuestra ciudad es el chalet, entendido como una vivienda volumétricamente vertical, generalmente emplazada en una ladera, con un destacado protagonismo de sus techumbres y en la que su origen es factible de rastrear hasta el centro de Europa.
Su gestación, influenciada por las raíces vernaculares de los montes suizos, lo incluye, junto a la villa, de origen italiano y el bungalow, de raíz inglesa, como uno de los modelos que el historicismo ecléctico utiliza a principios del siglo 20. La posibilidad que entrega, lograr una gran superficie habitable con una pequeña ocupación predial, lo contrasta con su antagonista, el bungalow que, al tener solo un piso, requiere de una gran ocupación predial para cubrir los requerimientos de superficie que exige el programa de las casa fundacionales. Son tan extensos los alcances de la influencia del historicismo, que Le Corbusier, arquitecto de origen suizo e importante integrante de la arquitectura moderna, en sus inicios profesionales no logra evitarla y adopta esas características en sus primeros diseños, la casa Fallet (1905) o la Stotzer (1908).
Éstos son ejemplares contemporáneos de las primeras grandes viviendas viñamarinas, ratificando que el romanticismo es un movimiento fuertemente arraigado durante los primeros años del siglo pasado en el mundo occidental.
Este formato, en Chile se transformó en la referencia para una casa de dos pisos y como su volumetría favorece el emplazamiento en situaciones de borde, la búsqueda de la vista al mar en un ambiente bucólico, lo convierte en un tipo obligado en las fuertes pendientes de la topografía viñamarina, ejemplo de ello son los desaparecidos chalets del Cerro Castillo, el de José Gregorio Donoso por Josué Smith, los de José Letelier y José Arrieta, este último donde hoy se encuentra el edificio Baburizza, ambos con diseños del arquitecto Manuel Valenzuela.
Entre los persistentes se destacan el chalet de la familia Clark Sarmiento, aún ubicado en el sector de Monterrey, en la esquina de Agua Santa y la 'bajada de los burros'; la vivienda de Otto Andwandter (1920), hoy colegio Winterhill; mientras que en Playa Ancha destacan las viviendas de Einar Rosenqvist (Claussen, 1904) y de Wenceslao Campusano (Barison-Schiavon 1908)
Técnicamente utiliza una diversidad de materiales y formalmente se caracteriza por el uso de inclinadas pendientes en sus cubiertas, por las pequeñas dimensiones de sus ventanas, por el destacado trabajo en tornería, por la combinación de piedra con maderas tingladas y los variados elementos ornamentales adheridos a sus fachadas, eso genera que en múltiples ocasiones reciba el pretensioso apelativo de castillo.