Pese a que tenía 13 hijos, el mecánico Miguel Núñez Walters (67), tras separarse de su última mujer, decidió vivir solo. Según cuentan sus familiares, su vida giraba en torno al alcohol que consumía patológicamente y a los 14 perros que cuidaba al interior de su casa del sector Nueva Aurora de Viña del Mar. Su salud se vio cada vez más deteriorada hasta que ya casi no trabajaba. Los vecinos del sector comentaron que solían verlo pidiendo dinero a los transeúntes que pasaban a la altura del paradero 6 de la avenida Agua Santa.

Su hija Katherine dijo que tuvo un mal presentimiento luego de que pasaran varias semanas sin verlo deambulando por el sector. Consciente de que no era fácil acceder a la casa de su padre por el riesgo de ser atacada por lo perros, acudió a la Tenencia de Carabineros de Nueva Aurora para denunciar la presunta desgracia. Así, acompañada por la policía, llegó hasta el domicilio de su progenitor ubicado en el pasaje Cancha, número 157.

Al ingresar a la casa se encontraron con una escena desgarradora. Miguel Núñez estaba muerto, con claros signos de descomposición y con sus extremidades inferiores completamente devoradas por sus perros. Hasta anoche no existía claridad respecto a la causa de su muerte ni tampoco de la fecha de su deceso. Sin embargo, versiones preliminares indican que habría fallecido hace al menos tres semanas.

Tras el hallazgo, el operativo policial se vio dificultado por la agresividad de los canes que se mantenían sobre el cuerpo, impidiendo que los uniformados se acercaran. Así, personal municipal debió llegar al lugar para sacar a los animales y conseguir que los profesionales del Servicio Médico Legal retiraran el cuerpo.

Gloria, comerciante ambulante de la calle Uruguay de Valparaíso, es la hija mayor del mecánico. Todavía choqueada por lo ocurrido, relató a 'El Mercurio de Valparaíso' que no le gustaba que lo visitaran en su casa. 'Por las condiciones en las que vivía, no quería que entráramos a su casa. La última vez que vinimos a verlo con mis hermanos, nos juntamos en el paradero por donde siempre pasaba. Él vivía como un ermitaño, sin agua, sin luz, en completa miseria, abandonado, pero no porque nosotros lo hayamos dejado solo, sino porque él se abandonó solo, se aisló', narró su primogénita.

Lorena, otra de sus hijas, comentó que su familia atribuye aquella soledad a los problemas que le traía su alcoholismo. 'Tomaba tanto que se ponía violento. Por eso se separó de mi mamá que se aburrió de la vida que tenía con él porque era muy agresivo', comentó. Gloria complementó señalando que 'mi papá fue bebedor desde niño'.

Sus hijos sospechan que Núñez incluso pudo haber muerto de hambre, ya que la mayor parte de los escasos ingresos que reunía los utilizaba para comprar alimento para sus perros. 'El decía que eran como sus hijos. De la plata que juntaba, gastaba un poco en cigarros y alcohol y el resto para los animales. Estaba muy flaco', lamentó su hija Gloria.

Un nuevo paro en el puerto de San Antonio se inició ayer, acción que, según explicaron dirigentes portuarios, se produce por el retraso en la aprobación a la Ley Corta de Puertos que se discute en el Congreso Nacional. Los trabajadores precisaron que en la discusión de la denominada normativa, la que pretende regular el derecho a descanso y fijar la media hora de colación para cada turno, se hicieron indicaciones y cambios que no estaban acordados previamente entre los funcionarios y el ejecutivo. El puerto de Valparaíso, en tanto, funcionó con normalidad.