Hay una temeridad en la conducción de los apestados al lazareto de Playa Ancha. La clase pobre no tiene recursos para pagar a hombres que los conduzcan en una silla. Y por eso se ve con frecuencia el conducir a los enfermos a hombros, con el grave peligro de contagio de enfermedades a su paso por las calles.
Como Servicio de Salud Valparaíso - San Antonio nos tocó enfrenar el 12 de abril una de las más grandes emergencias de este año, producto de un voraz incendio que afectó a nuestra querida ciudad y habitantes porteños, dejando a más de 12 mil damnificados.
Del punto de vista de salud, esta emergencia se enfrentó de forma intensa, estableciendo un Comité de Emergencia del Servicio de Salud, en un escenario donde -de forma inédita- participó toda la atención prehospitalaria, con 30 ambulancias que llegaron de todo el país, y con un punto de emergencia inmediato, prácticamente con un hospital de campaña que se estableció esa noche en el hospital Carlos van Buren.
Nadie se restó. Se trabajó con la atención prehospitalaria, la Secretaría Regional Ministerial de Salud, la Corporación Municipal de Valparaíso (Cormuval, a cargo de escuelas y consultorios municipales), la Atención Primaria de Salud (APS) de nuestro Servicio, además de las Fuerzas Armadas, Carabineros y Bomberos. Con esta coordinación, logramos conformar un gran equipo para dar una primera respuesta a los afectados.
Pero nos dimos cuenta que la gente no llegaba a los hospitales, ubicados en la parte baja de Valparaíso. Se ajustó la estrategia, y comenzamos a preocuparnos de la situación sanitaria y el apoyo médico en terreno, y en los albergues. Un enfoque especial, en dicha atención, fue la contención emocional, donde se apoyó sicológicamente a quienes lo perdieron todo. Después establecimos 9 puntos de atención de salud en la zona cero. Finalmente, se instalaron carpas y se limpió el Consultorio Las Cañas que se nos quemó. Se logró luego instalar 'containers' en dicho consultorio, y estamos prontos a inaugurar sus nuevas dependencias modulares. Asimismo, se hizo además un esfuerzo para llegar con atención a las personas hasta sus propios hogares.
Ahora, a casi tres meses de la tragedia, lo que estamos viviendo es el estrés post traumático, porque hay gente que está deprimida, por lo que vivió y por lo que tiene que enfrentar este invierno. En ese aspecto, queremos dar nuevamente una respuesta conjunta, con un reforzamiento de la salud mental. Así, hemos acordado esta planificación con la seremi de Salud, María Graciela Astudillo, y trabajaremos junto a la Cormuval y la APS de nuestro Servicio para ofrecer profesionales que realicen un trabajo grupal e individual de asistencia a las personas, siendo tratadas por sicólogos y siquiatras. Esa es la meta en que estamos enfocados hoy.