Mientras los rectores de las universidades estatales pidieron públicamente al Gobierno un trato presupuestario diferente a las demás casas de estudios, los líderes de los planteles de la región analizan con cautela los últimos anuncios del ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre en torno a la reforma que se proyecta.
Sobre la extensión de las carreras y la gratuidad íntegra de éstas, los rectores destacaron el compromiso del Gobierno, avalando así las precisiones que debió hacer Eyzaguirre cuando en una entrevista a 'El Mercurio' sostuvo que el objetivo era que el Estado pague solo cuatro años de estudios.
El rector de la Universidad de Valparaíso, Aldo Valle, señaló que el financiamiento debe ser íntegro y no parcial en las carreras que escojan los estudiantes.
'Gratuidad se entiende como el compromiso del Estado de financiar las carreras íntegramente, porque si no significaría que los que no puedan pagar carreras que duren más de cuatro años, simplemente tendrán que endeudarse o tendrán que elegir forzadamente carreras de menos de cuatro años. Y creo yo que todos entendimos que no se trataba de eso. Se trata de tener un sistema de educación superior financiado por el Estado para que todos puedan, según sus capacidades, según sus opciones, cumplir con ese derecho que es poder terminar una carrera universitaria', señaló Valle.
Por su parte, el rector de la Universidad Católica de Valparaíso (UCV), Claudio Elórtegui, recalcó que la capacidad económica de los estudiantes no debe afectar sus opciones de completar su formación.
'El tener o no tener recursos para financiar los estudios, no puede ser un factor que inhiba que jóvenes con condiciones y buen desempeño académico, deben tener acceso a completar íntegramente sus carreras', afirmó Elortegui.
Respecto a la duración de las carreras, el líder de la PUCV manifestó que los estudiantes, en general, tardan más de lo programado en completar sus estudios.
'En nuestro país, el tiempo de duración de las carreras es muy superior al tiempo teórico y eso tiene que ver con múltiples razones, entre otras, con los problemas de formación que traen los estudiantes de su enseñanza básica y media. (...) No es realista suponer que, si en ingeniería, por ejemplo, los estudiantes demoren mucho más de los cinco o seis años de su carrera, eso se va poder acortar a cuatro (años)', afirmó Elórtegui.
En tanto, el rector de la Universidad de Viña del Mar, Juan Pablo Prieto, se mostró de acuerdo con la posibilidad de reducir la duración de las carreras universitarias.
'Es mi convicción que las carreras en Chile tienen una duración excesiva. Esta pregunta nos lleva a un tema mucho más estructural y de fondo respecto del carácter de la formación universitaria, de la habilitación profesional, del rol de la formación a lo largo de la vida, de la diferencia entre la formación técnica y la universitaria, entre varias otras cuestiones relevantes', afirmó la autoridad universitaria.
Respecto al trato especial que las universidades tradicionales exigen al Gobierno, Prieto señaló que 'la distinción entre universidades debe hacerse en virtud de los propios proyectos institucionales, sus resultados y el tipo de bienes que producen. Una distinción con base puramente en la fecha de fundación es inapropiada e injusta en reconocer el inmenso avance de varios proyectos universitarios de los últimos treinta años. Esta idea de las universidades tradicionales le hace muy mal al país, pues descarta de plano a un importante número de instituciones crecientemente relevantes y petrifica un sistema que merece ser mucho más dinámico y ágil para enfrentar los desafíos de nuestro desarrollo'.
La propuesta sobre gratuidad esbozada por el Gobierno no hace distinción respecto a la dependencia de las universidades que elijan los alumnos.
'Gratuidad se entiende como el compromiso del Estado de financiar las carreras íntegramente'
'En nuestro país, el tiempo de duración de las carreras es muy superior al tiempo teórico'