Mali: hallan caja negra y confirman que no hay sobrevivientes
Accidente. Soldados se desplegaron en la zona para proteger restos del avión.
El Presidente de Francia, François Hollande, confirmó ayer que no hay sobrevivientes del accidente de un avión de la compañía Swiftair que se estrelló en Mali, al tiempo que desplegó efectivos militares franceses para proteger los restos del aparato.
El Presidente informó que soldados franceses desplegados en el lugar encontraron la caja negra del avión, que será llevada a la ciudad de Gao para ser analizada lo antes posible.
El Mandatario cifró en 118 las personas a bordo del avión, frente a las 116 de las que habló Swiftair. De ellas, 54 eran francesas, 23 de Burkina Faso y otras de Canadá, Líbano y Argelia. También iba a bordo una chilena residente en Burkina Faso, según confirmó su familia el jueves. Los seis tripulantes eran españoles. 'Todos mis pensamientos están con las víctimas y sus familias. Estamos a su lado', dijo Hollande.
'Los soldados franceses que se encuentran en el lugar aseguran el área del accidente', añadió tras una reunión de crisis en el Palacio del Elíseo. Un portavoz militar dijo que unos 100 soldados en 30 vehículos trabajan para controlar la zona desértica de Gossi, cerca de la frontera con Burkina Faso, donde se localizaron los restos.
Expertos de la policía francesa están en camino para identificar a las víctimas. Por su parte, la policía internacional Interpol envió un equipo especial al lugar para colaborar en la identificación.
Además, ayer se supo que a bordo de la nave también viajaban una cooperante alemana y tres familiares. La mujer trabajaba para la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) en Burkina Faso, dijo un portavoz de la organización a la agencia DPA. 'Estamos muy afectados por esta pérdida trágica. Acompañamos en el sentimiento a los parientes'.
El vuelo AH5017, operado por la compañía argelina Air Algerie, desapareció de los radares 50 minutos de despegar el jueves de Burkina Faso con destino a Argelia, y se estrelló en Mali. El avión pertenecía a la empresa española Swiftair.