Ski Portillo: tradición familiar que busca mantener el equilibrio en la alta cordillera
los andes. Centro invernal cumple 65 años. Con modernas instalaciones, se niega a crecer desmedidamente pese a la presión inmobiliaria.
fotos por gustavo alvarado
El Centro Ski Portillo mantiene varios hitos que lo convierten en un punto de referencia mundial para los amantes del deporte blanco, aún hoy, cuando cumple 65 años de vida. El centro turístico invernal, ubicado en la alta cordillera de la comuna de Los Andes, a sólo cuatro kilómetros del Paso Fronterizo Los Libertadores, fue el primer complejo en su tipo en ver la luz en Sudamérica. Y además, es el único en el Hemisferio Sur que alguna vez albergó (1966) un campeonato mundial de esquí.
Pero eso no es todo. En 1978 Portillo fue el escenario donde el competidor estadounidense Steve McKinney rompió el récord mundial de descenso al cronometrar 200 kilómetros por hora (200,222 kph). Nueve años después, en 1987, el francés Michael Prufer corrió en estas pistas de Los Andes a 217,68 kph.
El primer Hotel Portillo se emplazó en los años 30 donde actualmente se encuentra la escuela de Alta Montaña del Ejército de Chile. El Estado comenzó a construir el actual hotel en el año 42, un poco más arriba de su antigua ubicación, y culminó en 1949. Pero fue en 1961, tras su privatización, que se inició la era moderna del tradicional centro invernal, cuando la primera generación de la familia estadounidense Purcell, se hizo cargo del lugar. Bob Purcell, reclutó a su sobrino Henry, un egresado de la escuela de Hotelería de la Universidad de Cornell (EE.UU), para gerenciar el recinto.
De estos atractivos datos históricos es consciente el actual gerente general, Miguel Purcell (hijo de Henry), tercera generación de propietarios de Ski Portillo, quien los atesora y se aferra a ellos para recalcar el carácter tradicional del recinto y, de paso, explicar por qué no está en los planes de su empresa el crecer en capacidad hotelera.
'Una de las cosas que nos enorgullece es que vienen terceras o cuartas generaciones de turistas, incluso, que venían en los años 50 o 60. Hemos tratado de preservar a Portillo como es, un lugar muy familiar, pero manteniendo la modernidad de los andariveles, en los pisanieves, en toda la infraestructura. Pero la esencia de Portillo la tratamos de mantener…', sostiene enfático Miguel Purcell.
'Ojalá -prosiguió- podamos mantenernos como estamos. La verdad es que no es fácil porque siempre hay mucha presión de la parte inmobiliaria de crecer y nosotros tratamos de continuar tal como somos, y cuidar los huéspedes para que vuelvan, ojalá por otros 65 años'.
La familia Purcell es de la idea que los mismos clientes del centro invernal valoran tres cosas primordiales: el hermosa paraje donde se ubica Portillo, en lo alto de la Cordillera de Los Andes y a un costado de la famosa Laguna del Inca, la calidad de las pistas y de la nieve, y el servicio turístico de tipo familiar que ofrece el centro invernal. Ello explica por qué la convicción de no aumentar la capacidad hotelera más allá de las 500 personas que puede acoger hoy, y que por estos días lo mantiene copado en un 100%.
'No es la idea aumentar la capacidad de hospedaje. Por lo menos en este minuto no. Creo que hay un equilibrio acá en el hotel y no nos gustaría romperlo', enfatiza Miguel Purcell.
Respecto del lugar que ocupa Ski Portillo en el circuito de centros invernales en Chile, Purcell sostuvo que cada uno de ellos tiene su lugar en distintos nichos. Algunos dedicados más al turista que asiste por el día a la Cordillera y, además, enfocados en distintos mercados. Portillo, en ese contexto, apunta al turista de largo alcance que hospeda en el lugar y que incluso viene desde Europa y Estados Unidos. Esto incluye a destacados equipos de esquí profesional del viejo continente, que arriban permanentemente a Portillo a preparar sus temporadas de competición, cuando allá están en verano, y en una pista no menor a los tres kilómetros de longitud.
En lo que respecta a Sudamérica, Portillo llama la atención principalmente de turistas brasileños y argentinos, además de los propios nacionales que lo mantienen entre sus predilectos. Por estos días, el 70% de la demanda de hospedaje la conforman visitantes de Brasil.
Esta temporada, y muy similar a lo que ha ocurrido en los últimos años, en el contexto de la sequía y por la falta de nevazones, el inicio se ha retrasado en relación a lo que debería ser un año normal. La temporada se extiende entre el 15 de junio y la primera semana de octubre. Los ocho meses restantes el hotel funciona con diferentes eventos y actividades, por ejemplo jornadas de trabajo de empresas.
En lo que respecta a la presente temporada, se puede decir que no pudo partir mejor. Y no precisamente por exceso de nieve sino por el doble reconocimiento recibido por Hotel Portillo: la denominación de hotel 5 estrellas y el Sello Q de Calidad del Centro Ski otorgados la semana pasada por el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur).
Alejandro Goic, gerente de marketing de Portillo, valoró el reconocimiento pero sostuvo que no buscan generar mayores expectativas de crecimiento de la infraestructura que poseen. 'Nos hace seguir muy presentes en el día a día, o sea, nos genera un desafío diario de mantener esa calidad que obtuvimos. Yo creo que vamos a seguir promoviéndonos con la fórmula de que somos un hotel tradicional, que cumplimos 65 años y que somos un hotel familiar'.
Y agregó: 'Una de las características de este hotel es que tú tienes la facilidad de que, estando en el mismo centro, ponerte tus ski o snowbord y salir a las pistas, cosa que no sucede en todos los centros, donde un hotel puede estar en la base de la montaña o más abajo y tú tienes que tomarte un transfer para subir. Entonces, acá es como tenerlo en el patio de la casa y eso marca una diferencia'.
Por su parte, Claudia Araos, directora regional de Sernatur Valparaíso, destacó el aporte de Ski Portillo a la diversificación de la oferta turística de la zona. 'Este es el primer centro invernal a nivel nacional que hoy tiene un doble premio, con el sello Q de Calidad Turística, por su esfuerzo y dedicación. Nos recuerda que esta es una región rica en turismo, que tiene una oferta que se debe trabajar pero hay un gran compromiso de los privados. Nosotros como servicio público los apoyamos y damos herramientas, algunas indicaciones, pero son los privados quienes hacen los grandes esfuerzos'.
Quienes pueden hablar con mayor propiedad de la evolución de Portillo en estas siete décadas son sus trabajadores más antiguos. Alex Gómez, por ejemplo, jefe del taller de esquí, con 33 años junto a la familia Purcell, comentó que los cambios han ido de la mano con la modernización constante del deporte blanco. A su juicio, se han notado más en los últimos 20 años con la aplicación masiva de los 'parabólicos' que son los ski actuales.
En tanto, Manuel Acevedo, jefe de carrera con 44 años trabajando en hotel Portillo, sostuvo que pese a los cambios en la ornamentación de las habitaciones, la estructura del hotel sigue siendo la misma. 'El hotel está igual que antes porque es algo místico. Las pistas, además, son las mismas en el tiempo y todos los equipos que vienen acá les gusta por la velocidad que logran y por las innovaciones en los sistemas'.
Acevedo se ha transformado en un verdadero asistente para los equipos profesionales de esquí que eligen a Portillo para su pretemporada. Sobre lo que implica el contacto con profesionales de Europa y Estados Unidos, sostiene que 'ha sido una experiencia muy bonita porque uno aprende mucho con ellos; he recibido muchos regalos de ellos… Es un sueño cumplido haber venido a trabajar a Portillo y conocer mucha gente acá'.'
'No es la idea aumentar la capacidad de hospedaje. Creo que hay un equilibrio acá en el hotel y no nos gustaría romperlo '