El Gobierno y la Nueva Mayoría acordaron ayer priorizar el debate de la reforma educacional durante el segundo semestre, con el fin de avanzar en un 'relato' que permita transmitir de mejor forma los alcances del proyecto.
'Hemos definido que la prioridad absoluta para el segundo semestre es la reforma educacional. Toda nuestra fuerza, empeño, apoyo, votos e ideas estarán al servicio de la reforma', aseguró el presidente de la DC y vocero del bloque oficialista, Ignacio Walker. Reconoció que 'falta que esto sea parte de un relato, de un marco conceptual, que nos permita explicar de mejor forma el sentido de la reforma educacional, que tiene un solo objetivo claro: avanzar en una educación de calidad en condiciones de equidad'.
Recordó que de los ocho proyectos que contempla la reforma, hay tres que han ingresado a trámite legislativo. Precisó que 'en el tema de la educación parvularia espero que haya una suerte de unanimidad; en el tema del administrador provisional, el Gobierno ha presentado una estupenda indicación y espero que eso permita un acuerdo'.
El anuncio llega en medio de las críticas emanadas desde la oposición. Ayer, los senadores Andrés Allamand (RN) y Hernán Larraín (UDI) emplazaron al Ejecutivo a 'rediseñar' la iniciativa y a terminar con las 'improvisaciones' que a su juicio existirían en esta materia. 'Lo que está hundiendo a esta reforma es su falta de contenido, sus contradicciones permanentes y sobre todo la improvisación', dijo Allamand.
Larraín, en tanto, apuntó que 'a diferencia de la reforma tributaria, independiente de sus méritos, esa era una reforma hecha y derecha y en la reforma educacional la verdad es que tenemos puras ideas vagas, puros titulares'.
Los cuestionamientos también han venido desde la Iglesia. El domingo, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, planteó en El Mercurio que 'se percibe en la reforma un esfuerzo enorme por fabricar puertas y ventanas sin saber para cuál edificio'.
Al respecto, el timonel PPD, Jaime Quintana, señaló que esta mirada de defender el lucro y la selección no la esperaba de la Iglesia. 'Uno puede entender las objeciones que tiene la derecha en esta materia que son ideológicas, políticas; uno puede entender la mirada de los sostenedores que por supuesto están movidos por intereses económicos (...) Pero no se entiende a monseñor Ezzati con esta crítica cuando el proyecto pone fin a la selección, al copago, al lucro', dijo el senador a radio ADN.