Gobernar es educar
'Gobernar es educar'. Aún recordamos estas palabras del Presidente Pedro Aguirre Cerda, en su discurso del 21 de mayo de 1939. Qué sentido hace hoy esa oración. Ya han pasado siete décadas y aún se discute en Chile si efectivamente la educación debe ser gratuita, de calidad y universal.
Sigamos con la alocución de este tremendo mandatario radical, un necesario viaje al pasado para reconocer los errores del presente: 'Para que la enseñanza pueda cumplir su misión social con toda amplitud es necesario que sea: gratuita, única, obligatoria y laica. Gratuita, a fin de que todos los niños puedan beneficiarse de la cultura, sin otras restricciones que las que se deriven de su propia naturaleza; única, en el sentido de que todas las clases chilenas unifiquen su pensamiento y su acción dentro de las mismas aulas escolares; obligatoria, pues es deber del Estado dar el mínimo de preparación requerido por la comunidad para la vida cívica y social; laica, con el fin de garantizar la libertad de conciencia y hacer que nada perturbe el espíritu del niño durante el periodo formativo'.
El ministro vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, en el cierre de las jornadas de la Escuela de Gestión Pública para Dirigentes Sociales en Quilpué, llamó a los apoderados a no ser presas de una campaña del terror que algunos políticos despliegan para confundir a la ciudadanía.
'Cada vez que se posterga la solución del problema educacional, estamos generando un daño a los niños', dijo enérgico el ministro; y razón tiene, porque mientras más se entrampa su aprobación en el Congreso, son nuestros hijos quienes pierden la oportunidad de educarse en un sistema justo. Por ello, como Gobierno vamos a intensificar los diálogos sociales en la región, con el fin de que estas tremendas reformas (Educación y Tributaria) sean entendidas en su origen. Que la comunidad se informe correctamente y no sea víctima de manipulaciones informativas.
No hay que ser autoridad de Gobierno para afirmar que en Chile el sistema educativo genera desigualdad. Es una espina que tenemos clavada en nuestro corazón ciudadano. Por esa razón es que para nosotros es fundamental cumplir el compromiso de la Presidenta Michelle Bachelet: generar educación gratuita y de calidad en todos los niveles sociales.
Vamos siempre a estar abiertos al diálogo, a escuchar a todas las personas y entidades relacionadas con las temáticas educacionales, sociales y políticas. Respetamos todas las opiniones, y, por cierto, las de la Iglesia Católica, a propósito de las recientes declaraciones del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, con respecto del contenido de esta reforma.
La invitación está abierta a todos los ciudadanos y todas las instituciones para que puedan realizar sus aportes y contribuciones a esta iniciativa. En conclusión: este es un diálogo abierto, al que están invitados todos los sectores de la sociedad chilena para que todas las miradas puedan expresarse.