Liderazgo en tiempos de crisis
Bernardo Donoso Riveros
Me han regalado en esta semana el libro 'Felipe González. En busca de respuestas: el liderazgo en tiempos de crisis', cuya primera edición es de noviembre de 2013. Se trata de los escritos sobre el crucial tema del liderazgo por uno de los protagonistas contemporáneos de la política española, junto al recientemente fallecido Adolfo Suárez y tantos que debieran ser mencionados. Uno tiene la imagen de ese joven dirigente que llega a ser presidente del gobierno de su país en 1982, cargo que ejerció hasta 1996. Hoy, a sus 72 años, vuelca su experiencia en este libro, cuyas primeras páginas he leído con especial atención.
Felipe González, de una experiencia tan extensa y diversa, reflexiona sobre el papel del líder que busca respuestas de manera incesante, para responder las preguntas que permanecen ante nosotros: 'cómo mejorar el mundo, cómo hacerlo más justo, más próspero y más libre'.
En los capítulos busca lo que define a un líder, lo que le caracteriza, analiza el debate sobre la crisis, expone sobre la nueva era global, se pregunta sobre lo que sucede ¿crisis de liderazgo o liderazgo en crisis?, llama al rescate urgente de la política, propone una salida liderada a la crisis, expone sobre formas de capacitar líderes y de cómo aprender a emprender. En el prólogo afirma que 'la fidelidad a los valores que definen aspiraciones como las de avanzar en la libertad y en la justicia social debe llevarnos a la flexibilidad en el uso de los instrumentos que nos permiten acercarnos a ellos en esta vorágine de cambios copernicanos que nos ha tocado vivir'.
El foco central de las primeras páginas es el liderazgo político. Escoge una cita de Bismarck que señala que 'el político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación'. Propone una distinción entre diversos tipos de políticos: quienes tienen principios, pero no tienen ideas; otros que poseen ideas, pero carecen de principios; también los que no tienen ni ideas ni principios.
Pero los que importa ver y estudiar son aquellos que tienen ideas y principios. Para cada uno de los tipos da ejemplos marcados por su experiencia. Dice, 'si se me pidiera elaborar un retrato robot del buen líder, conjugaría la tenacidad de Helmut Kohl, la visión del mundo y la capacidad de empatía personal de Clinton, la capacidad comunicacional del Papa Wojtyla, la serenidad de Mitterrand, la habilidad en la formación de equipos de Reagan y la capacidad de análisis y la buena gestión grupal de Olof Palme'.