Los expertos holandeses y australianos recurrieron ayer a perros policía para rastrear la vasta zona de la catástrofe del avión malasio en el este de Ucrania y encontrar más restos de los ocupantes del aparato siniestrado.
Los especialistas internacionales localizaron ayer por segundo día consecutivo nuevos restos humanos en las proximidades de una granja de pollos en la pequeña localidad de Grabovo, donde cayó el vuelo MH17 de Malaysian Airlines el 17 de julio.
Al parecer, algunas granadas estallaron ayer cerca de donde operaban los 70 expertos, según dijo el portavoz de la misión neerlandesa en Ucrania, encabezada por Pieter-Jaap Aalbersberg, aunque eso no les impidió continuar con su trabajo.
buzos
Una vez que todos los expertos se hayan acomodado en la nueva base de la misión en la localidad de Soledar, bajo control de las fuerzas gubernamentales ucranianas, los holandeses enviarán buzos a rastrear los ríos de las inmediaciones.
Aparte de la zona central del siniestro en Grabovo, los restos del Boeing-777 y de sus pasajeros están diseminados por una superficie de entre 20 y 30 kilómetros cuadrados.
La parte delantera del avión se encuentra en un campo de girasoles en la localidad de Rasipnoye, mientras en Petropávlovka yace intacto un gran trozo del fuselaje sin que los expertos hayan podido aún acceder al lugar.
No les será fácil, ya que los combates estallaron ayer de nuevo en Rasipnoye, donde los milicianos prorrusos se niegan a ceder sus posiciones.