Con Ezequiel Luna no solo se habla de fútbol. El argentino es uno de los líderes espirituales al interior del plantel de Santiago Wanderers. Un hombre que va más allá del discurso que tiene al balón y los goles como centro de atención. En un par de minutos de conversación, el defensa nacionalizado español abre su corazón para hablar de Dios y la importancia que su figura tiene en la vida de su familia y en el mismo vestuario del Decano.

'Dios es lo principal... es lo primero sobre todas las cosas', afirma de inmediato, admitiendo que 'él cambió mi vida de una forma increíble. Me hizo entender que el dinero y el éxito no lo es todo, ya que como ser humano uno puede estar vacío y sin conseguir la paz que uno siempre busca… Dios es el único que llena ese vacío'.

Luna se entusiasma con el tema. Acaba de terminar la práctica en el complejo Deportivo de Mantagua y quiere hablar de su experiencia y su creencia.

'Me gusta hablar mucho del Señor, con varios compañeros nos juntamos a compartir su palabra y a orar, porque creo en el poder de la oración y en lo que Dios puede hacer en la vida de cada persona', sostiene el exjugador del Tenerife de España y Liga de Quito en Ecuador, advirtiendo que dentro del vestuario no pretende modificar las convicciones de nadie.

'Respeto todas las formas de creencias. Yo solo transmito la palabra del Señor. No cambio a nadie porque el único que lo puede hacer es Dios… soy un hombre usado por él para llevar su mensaje, el que es una fuente de vida espectacular', agrega el zaguero nacido en Santa Fe y quien es particularmente crítico de las religiones y de quienes piensan que son un factor de división dentro de los planteles de fútbol: 'Yo no tengo religión… por ahí ella fue creada por el hombre y es justamente lo que más separa al hombre de Dios'.

Con 27 años, el trasandino sabe que es un líder bastante especial dentro de Santiago Wanderers. 'A mí me gusta estar y conversar con los más jóvenes, les digo que nunca hay que bajar los brazos porque el fútbol cambia de la noche a la mañana y si uno hace las cosas bien tarde o temprano la oportunidad va a llegar', sostiene, añadiendo que 'también les hablo de tener una relación con Dios, como de padre a hijo porque Dios es un caballero y no obliga a nadie para entrar en el corazón de alguna persona'.

Ezequiel Luna tampoco olvida que su arribo a Valparaíso se produjo debido a la grave lesión de Agustín Parra en los ligamentos de su rodilla, lo que obligó al zaguero a estar por cerca de seis meses fuera de las canchas.

'Yo estoy acá en Wanderers gracias a Dios. Me abrió la puerta ante la desgracia de Agustín (Parra) y hoy él también está firme en el camino del señor', sostiene, respecto de su compañero en la zaga del Decano.

De regreso en la cancha, el próximo desafío de Santiago Wanderers en el torneo de Apertura no es menor: Ante Universidad Católica, el domingo desde las 15.30 horas, en San Carlos de Apoquindo.

Un duelo que Ezequiel Luna califica como 'muy lindo'. 'Sabemos que ante Deportes Iquique te pudiste equivocar una o dos veces y no te va a convertir, pero ante cuadros como la 'U' o la UC tenemos claro que debemos estar los noventa minutos de juego muy concentrados', explicó el zaguero argentino, añadiendo que 'no hemos conseguido nada, pero el ambiente hoy es diferente y hay que seguir agarrando confianza y sumando en la tabla de posiciones'.

'Universidad Católica es un equipo que viene golpeado y van a querer revertir esa situación en su estadio, pero nosotros no vamos a dejar que tomen vida', añadió.

Sobre su momento personal, Luna destaca la regularidad en el inicio del torneo, sin olvidar el trabajo junto a Gabriel Castellón, Agustín Parra y Mauricio Prieto: 'Nos hemos consolidado como grupo defensivo, entregando mucha seguridad en el fondo'.

'Acá la clave es el orden. Eso era lo que nos faltaba en los torneos anteriores, donde de pronto jugabas bien, pero nos pillaban mal parados... lo fundamental es ganar y sumar en la tabla', concluyó.