Rául di Blasio: 'Es un recorrido por 20 años de ausencia'
Música. El pianista adelanta detalles del show que hará en la USM el 23 de agosto, y cuenta sus razones para volver a Chile.
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La relación del pianista argentino Raúl di Blasio (64 años) con Chile es de larga data. A tierras nacionales llegó en 1976, donde comenzó a trabajar como pianista en un bar y gracias a sus propios recursos consiguió grabar su primer disco.
Luego la suerte cambiaría. La discográfica BCS-S en Chile le sugirió hacer un segundo álbum y fue el inicio de una carrera al estrellato que le ha permitido vender 15 millones de copias de sus trabajos y colaborar con grandes artistas del mundo latino como Rocío Durcal, Juan Gabriel, Julio Iglesias, Marco Antonio Solís y Armando Manzanero, por nombrar solo algunos; y encontrar nuevos mercados para su música como México -donde reside-, Colombia y Estados Unidos.
De visita en Ecuador, el músico se da un tiempo para hablar con 'El Mercurio de Valparaíso' en una entrevista donde no se cansa de alabar la nación que lo vio nacer artísticamente hablando: 'Es un país que yo respeto muchísimo, primero porque lo quiero mucho y segundo por mis comienzos'.
Razones más que suficientes para que esté contento y entusiasmado de volver a los escenarios chilenos -sobre todo porque justamente se cumplen 20 años desde la última vez que se presentó en el Chile en el Teatro Caupolicán- en un concierto que se concretará el 23 de agosto, a contar de las 19.30 horas, en el Aula Magna de la Universidad Santa María.
- ¿Por qué dejó pasar tantos años antes de volver al país?
- Cuando yo estaba listo para ir a Chile, no les interesó; y después cuando había un espacio para que yo fuera, estaba ocupado en otros mercados, otros países.
- El concierto ha tenido una buena venta de entradas, ¿cree que la gente lo echaba de menos?
-Existo en la memoria de un país adorable y lindísimo, pero no creo que me echaran de menos. Que la venta esté bien o muy bien es producto de la información cultural que tiene Chile como país, porque es amante de lo musical, más allá de que mi música sea buena o mala.
Está consciente también que parte de este fenómeno se debe a que hay 'mucha curiosidad' sobre su figura. 'La gente se pregunta ¿estará más lindo Di Blasio?, ¿más flaco, más viejo -eso seguro-?, ¿cómo estará Di Blasio?, ¿estará tocando bien el piano?'. No por nada son dos décadas en los que el público nacional dejó de verlo, y sabe que el país también ha cambiado. Sin embargo, tiene claro cuál es su objetivo: recuperar la amistad con Chile que tantos buenos recuerdos le produjo.
'Una cosa es que la gente te recuerde y otra que te quiera ver. Entonces, lo que quiero no es que solamente me recuerden, sino que quieran verme, que quieran compartir y decir: 'qué bueno que vino Raúl'', afirma comparándolo con un reencuentro con un viejo amigo.
En este sentido manifiesta que esta visita tiene que ver con 'restablecer una relación, y pensar en que de ahora en adelante no dejar pasar tanto tiempo'.
Para Raúl di Blasio volver a la región también es un aspecto especial. 'No sabes la de anécdotas, a medida que se van acercando los días de mi visita, de las que me voy acordando', dice el también compositor, que no solo participó en el Festival de la Canción de Viña del Mar, sino que también vivió en la ciudad.
'Puedo hacer llorar, y no porque sea tan capaz de eso, describiendo la Reñaca que yo viví: el golpe de las olas del mar, maravillas del Pacífico en pleno invierno mientras me comía un pescadito, tomándome un vino tinto o uno blanco. Puedo describir lo que es un domingo a la hora de la niebla, el frío de Viña del Mar y la calidez de su gente', cuenta sin poder dejar de 'poetizar' al respecto, porque es parte de su estilo romántico.
Adelanta que parte de esas historias las compartirá con el público durante el show que realizará la próxima semana. Desde su perspectiva, 'un concierto se puede hacer de dos maneras: ir, sentarse al piano, tocar e irse. Yo no concibo un espectáculo de los míos de esa manera', añadiendo que para él el público que asiste a un evento como este lo hace para 'escuchar, emocionarse y conmoverse. Pero se puede conmover y emocionar también con la historia, con el chiste', afirma.
Obviamente que todo esto va acompañado de una buena ejecución frente al instrumento que le ha dado tantas alegrías. Sin embargo, reconoce que lo que menos piensa cuando sube a un escenario es en el piano, porque 'lo toco todos los días. Es natural como profesional que me sepa todas las canciones, que lo que interpreto quede estéticamente bello' y agrega que se siente un 'comunicador' y que se siempre le gustó hablar, por lo que la gente que solo espera verlo frente al piano se desilusionará.
- ¿Cómo será el show que hará en su visita?
- De los más sencillos.
- ¿Por qué?
- Porque después de tantos años sin tocar en Chile, no tengo mucho qué pensar: tengo que tocar todo mi repertorio o lo mejor de mi repertorio. O sea, no tengo que pensar en renovarme, porque ya estuve hace un año. No tengo que cambiar el menú porque el menú hace mil años que no lo prueban. Es un recorrido por 20 años de ausencia.
En la oportunidad, el músico repasará temas como 'Corazón de niño', 'Melissa', 'Piano', 'El cóndor pasa' y 'Barroco', y estará acompañado con la banda que generalmente lo acompaña en sus presentaciones, y entre los que se incluyen dos cantantes. 'Es la formación habitual para que todos toquen bajito y nunca tapen el piano, porque si no los mato', dice en broma, para luego ponerse más serio y alabarlos: 'Son todos músicos de primera línea'. Y entre ellos se encuentra su hijo Stefano, un chico de 22 años que también ha incursionado en la música pero desde la guitarra y al que describe como muy 'talentoso'.
Raúl di Blasio llega en un momento en el que se siente 'bastante completo'. La frase no es el azar, hace dos años sufrió problemas cardiacos en dos oportunidades, lo que sumó al fallecimiento de su madre y hermano. 'Todo marca', dice sobre cómo afectó estas situaciones no solo a su vida, sino también a su trabajo, ya que como el piano es un medio de expresión, los sentimientos y afectos también permean la ejecución.
En cuanto a su nivel artístico dice estar 'muy maduro, aplomado, seguro'. Ello, porque ya no está en el frenesí de la juventud: 'Prefiero tocar una nota con sentimiento y no mil a toda velocidad para impresionar. No toco el piano para impresionar, para convencer, lo hago para disfrutarlo y provocar una emoción', y eso es lo que espera que la gente vea en su presentación.
En cuanto al futuro precisa que si bien nunca ha dejado de componer, ya se prepara para sacar un nuevo disco que podría estar listo entre fines de este año e inicios del siguiente. Por el momento, está buscando a los colaboradores ideales que lo acompañen, especialmente a nivel vocal.
Para quienes quieran asistir, aún quedan entradas a la venta. Estas se pueden adquirir a través del sistema Ticketek y sus valores oscilan entre los $18.000 y $35.000.
'Lo que quiero no es que solamente me recuerden, sino que quieran verme, que quieran compartir y decir 'qué bueno que vino Raúl''
'Después de tantos años sin tocar en Chile, no tengo mucho qué pensar: tengo que tocar todo mi repertorio o lo mejor de mi repertorio'