El bienestar, protección y promoción de los derechos de los niños y niñas debe ser una preocupación permanente de nuestra sociedad. Este mes de agosto, en que Chile celebra la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño y la Niña, queremos invitarlos a relevar el protagonismo infantil y el rol de los niños y niñas en la construcción de nuestro país, a hacer foco en ellos como sujetos de derecho y no como consumidores.

La Convención de los Derechos del Niño y la Niña ratificada por nuestro país en 1990, otorga a la sociedad en su conjunto obligaciones que dan cuenta de la implementación de un sistema que resguarda los derechos garantizados a la totalidad de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país, reconociéndolos al igual que los adultos.

Las instituciones garantes los derechos de los niños y niñas deben proveer de condiciones necesarias para que ellos se desarrollen en ambientes protegidos, seguros y estimulantes, que contribuyan a su desarrollo pleno, generando una base afectuosa y de relaciones positivas con los adultos significativos y con sus pares, en un ambiente que los considere y respete como legítimo sujeto de derechos, con necesidades e intereses particulares. Aquí aun nos queda mucho camino por andar.

Este es el compromiso que ha asumido Fundación Integra y que renueva y fortalece cada día a través de las experiencias educativas que se trabajan en las aulas de sus jardines infantiles, en la alianza que establecemos con las familias, en la redes que generamos con la comunidad, en el vínculo afectivo de los niños y niñas con los adultos a cargo y en todo aquello que se vive y se construye a través de la educación parvularia, en ese mundo infinito de oportunidades que es el jardín infantil.

Fundación Integra cuenta con una Política de Bienestar y Protagonismo infantil, que releva en los niños la necesidad de contar con garantías como titulares de sus derechos; de hacerlos protagonistas de su propio desarrollo, participando activamente en la sociedad, considerándolos con sus características, intereses, necesidades, motivaciones y opiniones y tomando en cuenta la autonomía progresiva para el ejercicio de sus derechos como sujeto particular, diverso e individual.

La Presidenta Bachelet nos ha llamado a situar la voz de los niños y niñas al centro de las políticas públicas, por ello como Fundación Integra los invitamos, hoy más que nunca, a compartir sus sueños y a dialogar sobre el país que quieren, ese Chile que los hace feliz. Queremos invitar a la comunidad a sumarse a este ejercicio de escuchar y sorprenderse con la riqueza y sencillez de los sueños de nuestros niños. Queremos invitarlos a contagiarse con la esperanza que hay en lo que ellos expresan y a retomar aquellos momentos felices, simples y cotidianos, que son, finalmente, los que construyen memoria y entregan a nuestros niños un colchón de protección y seguridad para la vida. ¡Felicidad para todos los niños y niñas!

El puerto de Valparaíso, a través de su historia, ha debido afrontar severos daños originados en los terremotos que son parte de nuestra realidad y ante lo cual solo caben medidas preventivas basadas en la experiencia, estudios y nuevas tecnologías.

Dentro de este contexto se sitúa la decisión de avanzar en las condiciones antisísmicas en la construcción del Terminal 2, obra que supone una inversión superior a los 400 millones de dólares y que aumentará al doble la capacidad de transferencia de Valparaíso, pasando de 11 a 22 millones de toneladas anuales. El frente portuario, por otra parte, se extenderá en 835 metros internándose a la vez mar adentro entre 70 y 190 metros.

Queda así Valparaíso en condiciones de atender naves del tipo denominado post-panamax, de grandes dimensiones y con capacidad de hasta 13 mil contenedores, lo cual supone importante economía en los costos del flete marítimo y, en consecuencia, otorgando ventajas a nuestro comercio exterior.

La empresa OHL, concesionaria del nuevo terminal y tras estudios de la entidad especializada TCVAL, ante la señalada realidad sísmica ha determinado que la construcción quede en condiciones de soportar sismos de hasta 8,5 grados Richter. Para ello se trabajará tanto en el subsuelo marino como en las superficies mismas de operación y en sus costados.

Inicialmente el margen de resistencia exigido en el contrato de concesión limitaba en un grado 8, pero la operadora decidió aumentarlo al indicado 8,5.

Esta decisión, que por cierto eleva los costos, da mayores márgenes de seguridad no solo a la alta inversión comprometida sino que a nuestro comercio exterior en general, que en buena parte se realiza por el terminal local. Y ello es fundamental, si se considera que el país 'respira' a través de sus puertos.

Las recientes experiencias y las alteraciones que alteraron severamente la continuidad de ese comercio tras los sismos de 1985 y 2010 que afectaron a Valparaíso, San Antonio y a terminales australes, reafirman la importancia de aplicar los máximo márgenes de seguridad a éstos y también, fundamental, a las vías de acceso que los alimentan.