Hace pocos días el periódico británico The Independent publicó una declaración del artista inglés Jake Chapman, donde dice 'no se molesten en llevar a los niños a los museos de arte contemporáneo porque es una pérdida de tiempo. Es más: si deciden hacerlo, sepan que como padres son unos arrogantes y están cometiendo un insulto hacia Pollock o Rothko, complejísimos de entender, sobre todo para un niño. ¿Hay alguien más bobo que un niño? Los niños no son humanos aún'.
Los museos son espacios de ensueño, donde viajamos a mundos lejanos, sean cronológicos, geográficos o imaginarios, que nos permiten, a través de la observación y la interpretación, conocer y valorar a nuestro patrimonio. Estos cumplen diferentes funciones, como es la conservación, investigación, exposición, difusión, educación y adquisición de sus colecciones. Estas acciones se efectúan con matices según la misión de la institución, los recursos que posee, el tipo de público, entre otras. Pero un tema clave, que traspasa en general a los museos y a las instituciones culturales, es la responsabilidad que tenemos de educar, especialmente a los niños.
Las personas que trabajamos en los temas de educación en museos compartimos algunos principios básicos, como es que el arte es para todos y no solo de los artistas, que mientras más pequeños los niños conozcan el arte, especialmente el arte moderno, fomentaremos la apreciación hacia este tipo de creación y que la única manera de mantener viva la historia del arte es potenciando su valoración y conocimiento.
En general, el arte clásico es más fácil de entender que el arte moderno. Pero las obras no poseen una sola lectura, puede ser que para el artista sí, pero cuando ya pasan a ser evaluadas por el público general, como es el caso de la exhibición dentro de un museo, estas pueden ser leídas de diversas maneras. Es la gracia de la apertura hacia la interpretación, donde junto a un niño podemos observar una obra de Pollock a intentar entender el porqué pintaba con manchas. Esto es lo que hacemos los programa educativos de los museos, mediar entre las obras y las personas, acercar el arte y potenciar la creatividad.
La misión de Artequin Viña del Mar es ser un espacio atractivo, interactivo, educativo y lúdico, que incentive la observación, reflexión y la creatividad en el público en general, especialmente en los niños y jóvenes, a través del conocimiento y valoración de las artes visuales y de experiencias dinámicas motivadoras.
Es por esto que las declaraciones de Chapman nos llegan profundamente. Estas no son solamente ilógicas, sino que discriminatorias al expresar que los niños no tienen la capacidad de entender cualquier cosa. Más todavía con los padres, quienes intentamos entregar cultura a nuestros hijos, para que ellos puedan apreciar y vivir experiencias significativas, para abrir sus mentes a nuevas situaciones.