El gran desafío de la descentralización
Pedro Fierro
Hace algunos meses se decidía la aprobación de la Ley de Lobby. La regulación de las relaciones entre el mundo público y el privado era una excelente noticia y un tremendo avance, pero era evidente que una ley por sí sola no soluciona los problemas de corrupción, amiguismo o poca transparencia que afectaban al país y que involucraban cambios sociales mucho más profundos ligados a nuestra mentalidad y comportamiento.
Podríamos sostener que algo similar sucede con la descentralización.
La semana pasada fue histórica para los regionalistas. El día martes se llamó en la Cámara de Diputados a una sesión especial sobre descentralización. Luego de notables y transversales exposiciones, se aprueba sin votos en contra un protocolo de acuerdo que exige una pronta Ley de Rentas Regionales.
Como si esto fuera poco, el día siguiente el ministro Peñailillo visita el Congreso para juntarse con la recientemente creada bancada regionalista y comprometer para este año, a solo horas de la aprobación del protocolo de acuerdo, el ingreso de 'la reforma más grande hecha en descentralización desde que se hizo el proceso de regionalización'.
Al parecer, todo va 'viento en popa', pues en un par de días se expresó claramente la voluntad del Legislativo como del Ejecutivo en pos de solucionar este problema. Aún así, nadie nos puede reprochar cierto grado de precaución, ya que durante los últimos meses no hemos estado exentos de la generación de expectativas un tanto más altas de las que finalmente se pueden cumplir, especialmente cuando se autoimponen premuras que terminan en proyectos a medias o sin respaldo político ni ciudadano.
Independiente de lo anterior, y al igual que lo ocurrido con la Ley de Lobby, debemos estar conscientes de que el problema de la descentralización no solo atañe a los sectores políticos. Diversos organismos internacionales nos han dado a entender que estamos frente a un dilema social, el cual difícilmente será solucionado del todo solo con políticas públicas bien implementadas.
Con esto no pretendemos restarle importancia a la semana histórica recién pasada, al contrario, pues se está demostrando que la clase política finalmente pretende hacerse cargo de aspectos que solo ellos pueden solucionar (como es precisamente la ley de rentas). Lo único que buscamos es generar conciencia respecto del carácter social e integral del problema de la centralización, que abarca una serie de otros aspectos que como 'gran sociedad' debemos trabajar.