'No puedo entender el cine y el teatro si no es a través de impulsos y necesidades'
Cine. El dramaturgo y director argentino Santiago Loza se refiere a la fusión que realiza de ambas disciplinas en su vida profesional.
Plaza Espectáculos
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raúl goycoolea
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Poco más de 24 horas estuvo el realizador argentino Santiago Loza en la Ciudad Jardín. Vino casi exclusivamente a participar en una conversación con estudiantes que se realizó el pasado miércoles en el marco del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar (FicViña). 'Me parece una oportunidad de hablar de varios trabajos y sobre todo de los últimos que son bastante especiales y experimentales. A veces digo: las películas se muestran en su extrañeza y no hay a quién preguntarle, entonces está bien tener una charla de esas rarezas', dice entre risas.
La breve visita de Loza se debe a que ayer, en la noche, se estrenó en el teatro San Martín de Buenos Aires 'Almas ardientes', un montaje que aborda la crisis económica vivida en Argentina en 2001, y que fue escrita por él. Porque si hay algo que caracteriza la vida profesional del trasandino es que transita por dos veredas: por una parte está el cine, gracias al cual ha llegado a participar en festivales como el de Rotterdam, Huelva, Cannes y Bafici; y por otra el teatro, ámbito en el cual se ha convertido en uno de los dramaturgos latinoamericanos más importantes de la última década.
'A mí me completan, me ayuda estar trabajando en teatro y cine al mismo tiempo', asegura. Sin embargo, está consciente de que los resultados de los trabajos que hace para las dos disciplinas son diametralmente opuestos: 'Como dramaturgo soy mucho más amable con el público, y en el cine soy mucho más radical'.
Santiago Loza se define a sí mismo como 'bastante tímido, retraído y callado. Me cuesta un poco lo social, pero a la vez estoy necesitado de lo social. Esa dualidad para mí es la relación entre el silencio y la palabra, entre lo que uno ve y no debe decir'.
Esto se reflejaría en su trabajo, ya que desde su perspectiva 'es como si el cine empezara a actuar donde la palabra no llega. Es donde la palabra ya no puede dominar. Para mí el cine es como un espacio metafísico de lo impalpable, de lo que no se puede nombrar y el teatro que yo trabajo es de texto, está aferrado a la palabra', y en este sentido sostiene que 'son caminos diferentes para la misma expresión'.
- ¿Pero ha influido en algo tu dramaturgia en las 'rarezas' que haces en el cine?
- Muchas veces cuando uno intenta trabajar lo literario en el cine, este lo expulsa. Es otra la experimentación que hay. Pero a mí me ha modificado, yo en lo últimos años he trabajado mucho como dramaturgo y algo de ese trabajo ha modificado el cine que hago.
Una prueba de ello es una de películas más recientes, 'La paz', la cual 'toma algunos elementos que venía trabajando en teatro y tiene cierto humor', y 'tal vez en 'El asombro' aparece algo de lo que trabajo en teatro', cuenta.
- Si bien tus películas han tenido un circuito de festivales interesantes, es el teatro el que ha llegado a escenarios más importantes. ¿Cómo te sientes con eso?
- Para mí es como fuerte que el teatro esté tan separado de lo que sucede en cine. En realidad son películas que les ha ido muy bien en festivales y han viajado mucho, pero no son populares. En teatro hay algo de lo popular que empieza a funcionar. Son como ámbitos distintos, pero que para mí se complementan.
- ¿Cómo definirías tu cine?
- Es como uno de ensayo, de autor. Mis películas han ido a festivales, pero no soy alguien que está de moda, hay algo de margen y yo defiendo el lugar de margen. Me interesa el lugar de margen.
En el FicViña se mostraron tres cintas de Loza: 'Los labios' (2010), codirigida con Iván Fund; 'El asombro' (2014), dirigida junto a Iván Fund y Lorena Moriconi; y 'Si estoy perdido, no es grave', filmada en Francia como resultado de un taller de actuación impartido por él mismo.
'Son películas que vienen de distintos lugares, épocas, inquietudes, y que compartí con otra gente en este tiempo. Están relacionadas con procesos grupales, entonces es bueno explicar un poco de cómo surgen', manifiesta, añadiendo que 'son películas que creo transitan en una frontera que al menos en cine no es tan simple de definir. Es una zona de extrañeza'.
- No se pueden categorizar como documental o ficción.
- No, ninguna de ellas. Quizás 'Los labios' es la que tiene una narrativa más clásica, pero aun así la gente se pregunta qué está pasando.
- ¿Trabajar sin estos límites fue una propuesta pensada o algo que surgió?
- Va surgiendo como una necesidad expresiva y porque también uno empieza a tener curiosidad o crisis con ciertas formas.
- ¿A qué te refieres?
- Es como si ciertas películas respondieran a ciertas crisis de producción, de no poder o no querer producir, o no querer seguir narrando como se narraba. O dudar de ciertas formas interpretativas o de ciertas construcciones de la ficción. También hay algo de que las películas se refutan unas a otras. Yo trato de las que películas no se parezcan, o se respondan, contesten o refuten. Se pongan en crisis una con otras.
Y añade: 'Me parece que cada película, cada obra de teatro son intentos. Yo los siento como logros, intentos de algo de lo que uno se propuso, se logró, pero está el pulso. Yo no puedo entender el cine y el teatro si no es a través de impulsos y necesidades'.
- ¿Eso se refleja en tu método de escribir?
- Sí, soy del desorden y el impulso. Para mí escribir tiene que ver con una descarga, con una necesidad de fijar algo que no estoy pudiendo alcanzar, porque en lo cotidiano la experiencia se me pierde, me angustia, se me pasa. Es la necesidad de que no se escape algo de la experiencia vital, o de los abismos en los que uno anda, y de atreverse. Siento que a través de la escritura, de la ficción o el teatro he logrado como cierta lucidez de la que mi vida carece.
- Y como director, ¿también eres desordenado?
- Lo soy, pero también soy muy ayudado. Tengo muchísima gente que me ayuda y he sido muy salvado toda mi vida y en toda la vida 'profesional'. Siempre he trabajado con amigos o que me cuidan mucho, que ya me conocen y se atienen a las consecuencias.
Respecto a sus nuevos proyectos adelanta que 'tengo ganas de hacer una pequeña película experimental con una actriz y con un par de personajes que no son actores, pero que me conmueven'. Y tal vez surja la oportunidad de hace una segunda temporada de una serie de televisión, llamada 'Doce casas. Historia de mujeres devotas'.