González apuesta por construir estados regionales
cámara. Bancada regionalista pide patrimonio y personalidad jurídica.
emv
'La descentralización fiscal es el punto de quiebre entre un Estado que simplemente es desconcentrado y un Estado regional descentralizado', afirma el presidente de la bancada regionalista de la Cámara, Rodrigo González.
Por eso, agrega, si los futuros gobiernos regionales van a tener autonomía, van a elegir sus autoridades regionales, y contarán con un Consejo Regional dotado de amplias atribuciones, es necesario que todos los servicios públicos que corresponden a la estructura del Estado, cuenten con los recursos apropiados para funcionar. 'Si no es así, no podemos hablar de descentralización', remarca.
En esa línea señala que 'contar con recursos propios autónomos con posibilidad de crear tributos y que las actividades económicas que se realizan en la región originen recursos de libre disposición es fundamental. Eso le da el carácter de descentralizado y autónomo. Si el Gobierno Regional no tiene poder de decisión sobre las estructuras del Estado y servicios, y no cuenta con recursos sobre los cuales se pueda desarrollar una estrategia regional y planes descentralizados en las distintas áreas de Gobierno, no podemos hablar de verdadera descentralización'.
González, quien valora el trabajo que está realizando la comisión de descentralización, considera importante tener clara la concepción de cuál es el Estado que queremos tener. 'Qué forma de descentralización queremos desarrollar como país. Respecto a este tema hay muchas alternativas. La primera es una mera descentralización administrativa; por otro lado, están aquellos países que asumen el federalismo como estructura. En el caso de Chile tenemos tradición de Estado unitario, y por lo tanto, es difícil una ruptura', indica.
Pero, añade que si queremos seguir siendo Estado unitario pero descentralizado, ello debe llevar lo que significa un Estado Regional.
'Es decir, un país que manteniendo las características de Estado unitario es capaz de construir una arquitectura donde las regiones tienen patrimonio y personalidad jurídica, cuentan con recursos permanentes y autónomos, eligen sus autoridades y el gobierno regional tiene la tuición de los principales organismos del Estado, y cuyas facultades han sido transferidas desde el gobierno central', concluye.