Figueroa y baja de aforo en estadio: 'Alguien tiene que responder'
fútbol. El mejor jugador chileno de la historia habla de la disminución en capacidad del recinto que lleva su nombre y lamenta que 'partidos importantes' puedan cambiar de escenario por ello.
Elías Figueroa Brander, el mejor jugador chileno de todos los tiempos, se sorprender al leer que el estadio que lleva su nombre no cuenta, ni contará tampoco en un futuro cercano o mediano, con el aforo de 25 mil espectadores que en su momento prometió el ex Presidente Sebastián Piñera, motivo de orgullo para los porteños e hinchas de Santiago Wanderers, club que lo arrienda para sus partidos como local en el torneo de Primera División.
'A mí me han llamado de todo el mundo para felicitarme por el hecho que un estadio lleve mi nombre y a todos les he dicho que el recinto era para 25 mil espectadores', reflexiona en voz alta, mientras consulta para saber lo que pasó y por qué finalmente su capacidad será solo para 20.575 espectadores.
'Siempre me dijeron que iba a ser para 25 mil personas', lamenta 'Don Elías', aunque de inmediato advierte que 'más que por mí o porque el estadio lleve mi nombre, lo lamento por el público y la gente de Valparaíso, porque se habían entusiasmado con un recinto con esa capacidad'.
El mundialista en Inglaterra '66, Alemania '74 y España '82 se resigna y no tiene dudas en asegurar que 'acá simplemente no se cumplió con lo prometido'.
'Alguien tiene que responder por esto', sostiene con fuerza, coincidiendo con las declaraciones del alcalde de Valparaíso, Jorge Castro, quien en estas mismas páginas aseguró que 'se jugó con el deseo de la gente... al inicio del gobierno anterior partimos con un proyecto de un estadio para quince mil personas, y aumentarlo a veinticinco mil costó sangre, sudor y lágrimas'.
Con su experiencia, Figueroa también adelanta que habrá partidos de importancia que finalmente se jugarán en estadios con mayor capacidad, como por ejemplo, Sausalito en Viña del Mar, el que contará con un aforo para 23.349 espectadores.
'Se van a perder algunos encuentros, especialmente aquellos de carácter internacional', sostuvo el también asesor de la Comisión Fútbol de Santiago Wanderers.
En Santiago Wanderers fue imposible contactarse con su presidente, Jorge Lafrentz, para saber respecto de la posición de la sociedad anónima sobre el aforo de 20.575 con que finalmente quedó el estadio Elías Figueroa, y no los 25 mil comprometidos en su momento por Sebastián Piñera al momento de dar luz verde a un proyecto que también necesitó de importantes sumas de dinero provenientes del Gobierno Regional.
Pese a lo anterior, una fuente al interior del directorio de la institución adelantó que es poco lo que los verdes pueden opinar respecto del tema, ya que como sociedad anónima no participaron del financiamiento de la millonaria obra.
'Es un asunto que nos complica, ya que como concesionaria de la institución nosotros somos solo arrendatarios del recinto y, hasta el momento, en nuestros partidos como local ningún hincha wanderino quedó fuera de él por un tema de poca capacidad en sus tribunas', sostuvo un director de la sociedad anónima, que en todo caso admite que 'siempre se escuchó que iba a ser un estadio para 25 mil personas y de estándar FIFA'.
Otra visión de lo sucedido es la que tiene el investigador histórico Alfonso Gómez, quien dejando de lado su 'pasión' por Santiago Wanderers, asegura que en el tema de la construcción de los nuevos estadio Elías Figueroa y Sausalito 'faltó una visión a más largo plazo'.
'Desde Santiago, la idea original siempre fue la construcción de un estadio Regional, lo que finalmente fue descartado porque tanto en Valparaíso como Viña del Mar querían mantener su recinto propio... luego vinieron los cambios y la necesidad de inyectar muchos más recursos', asegura Gómez, sosteniendo que 'en un país en donde falta tanto en materia de salud y educación, por ejemplo, haber tenido un solo estadio hubiese sido lo más cuerdo y no estaríamos hoy discutiendo estos temas de a quien le correspondieron más o menos butacas... habría sido una señal muy potente sobre lo que se quiere como país, pero eso ya no fue'.
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