En la tradicional celebración ecuménica de Fiestas Patrias oficiada el jueves pasado, 18 de Septiembre, en la Catedral de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati llamó a 'convocar a un gran propósito basado en el diálogo social'.
La propuesta planteada por el jefe de la Iglesia Católica chilena, en presencia de representantes de otras religiones y de las más altas autoridades del país encabezadas por la Presidenta de la República, merece en estos días especial atención.
Se viven tiempos de complejos cambios por la vía legal, pero también tiempos de incertidumbre y de discusión, por cierto necesaria en el proceso democrático. Hay un incipiente ambiente de violencia que causa lógica inquietud y que puede resultar paralizante de muchas iniciativas que significarían avances en el crecimiento económico, social y humano de nuestro país.
El cardenal arzobispo de Santiago recordó, acertadamente, el Acuerdo Nacional de 1985, 'en tiempos que no se vislumbraba una salida pacífica al régimen autoritario', agregando que 'un grupo de laicos de diferentes horizontes políticos tuvieron la audacia de postergar algunas expectativas justas y loables para concentrarse en lo esencial. Fueron los firmantes del Acuerdo Nacional para la Transición a una plena democracia'.
La democracia posteriormente se lograría a partir de esa base, y recordó que 'hubo quienes no quisieron escuchar o simplemente no firmaron', agregando que 'eso siempre ocurrirá y no es para dar un paso atrás'.
Con estos conceptos, parte de su homilía, el cardenal está haciendo presente que en tiempos muchos más difíciles, bajo un gobierno autoritario ante el cual había diversos grados de rechazo y de apoyo, fue posible el llamado Acuerdo Nacional.
Está claro, entonces que en la actualidad, en un ambiente democrático que se ha ido perfeccionado con los años, donde hay importantes avances sociales y también limitaciones que se deben superar, es posible, es más fácil, como lo plantea el prelado 'volver a construir una sociedad de confianza en donde seamos capaces de construir juntos grandes acuerdos, a pesar de posturas distintas'.
El llamado, más allá de la condición religiosa de quien lo formula, es pertinente y lo importante es no olvidarlo pasados estos momentos de alegría, de unidad y de buena voluntad propios de las Fiestas Patrias.