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Todos somos guardaparques

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Hace 100 años atrás, el Estado de Chile tomó una decisión: contratar a don Manuel Alvarado como administrador de la recientemente creada Reserva Nacional Malleco, en la Región de la Araucanía. Desde ese día, aquel 30 de septiembre de 1914, se empezó a conformar una agrupación de hombres y mujeres con una motivación que era poco conocida en esa época: la conservación.

Seguramente, estos primeros visionarios percibieron el impacto que nuestras actividades humanas ocasionaban en el medio ambiente, y a punta de esfuerzo, ahínco y amor por la naturaleza, fueron capaces de sentar las bases de la protección y el cuidado del patrimonio natural, conformado no tan solo por hermosos paisajes e importantes ecosistemas, sino que también protegiendo nuestros valores culturales y ambientales.

Y esta vocación se fue transmitiendo, de generación en generación, y permitiendo que este trabajo y sacrificio se fuera complementando con las ganas de compartir esta belleza natural, atendiendo a los visitantes que tanto buscan la tranquilidad y el goce de imbuirse en esta naturaleza prístina y apacible. Es así como se fueron desarrollando nuevas habilidades en los guardaparques, quienes aparte de proteger, lentamente se fueron transformando en educadores, investigadores, guías, constructores, socorristas y una amplia gama de habilidades.

Es así como de a poco se fue conformando un Cuerpo de Guardaparques que ha permitido que se puedan proteger cerca de 15 millones de hectáreas en más de 100 áreas silvestres protegidas del Estado, impresionante cifra que corresponde al 20% del territorio nacional.

Además, este importante trabajo ha permitido que nuestro Sistema Nacional de Áreas Silvestre del Estado administrado por Conaf, sea uno de los más reconocidos a nivel mundial, gracias a la amplia gama de programas de educación ambiental, conservación del patrimonio cultural, y protección de especies de flora y fauna en peligro o vulnerables, lo que ha permitido preservar especies de la Región de Valparaíso como la Palma Chilena o el picaflor de Juan Fernández.

Es importante destacar que todo este trabajo y esfuerzo no sería posible sin el apoyo de las familias de los guardaparques, quienes se sacrifican tanto o más, muchas veces viviendo en condiciones extremas, pero que finalmente dan el sustento moral que les permite continuar con esta ardua tarea. Sin duda, este puñado de hombres y mujeres distribuidos a lo largo de nuestro país son los héroes anónimos de nuestra naturaleza.

Junto al reconocimiento a los 100 años de abnegada labor de nuestros guardaparques y familias, una reflexión: ¿Cómo sería nuestra sociedad actual si todos tuviéramos algo de guardaparques?, ¿si cada vez que vemos una amenaza a nuestro patrimonio natural hiciéramos algo al respecto?, ¿cómo sería este mundo si todos fuéramos guardaparques?

Oportunidades en carreras técnicas

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Un sesgo que se podría calificar de cultural relega a un plano a veces secundario las carreras técnicas, en contraste con aquellas universitarias tradicionales. Sin embargo, la dinámica de la sociedad y nuevos requerimientos del desarrollo están demostrando la gran importancia de las carreras técnicas, tanto por la demanda que existe de ellas como por su aporte al crecimiento del país.

Por otro lado, es un hecho que las oportunidades para muchas carreras tradicionales, de prolongados y costosos estudios, se han ido paulatinamente limitando, lo cual implica frustración para los egresados, gastos para las familias, también para el Estado que las financia y sobrecarga de demanda en las universidades. En tanto, esta sobredemanda lleva a muchos planteles de docencia superior a ofrecer carreras tradicionales más allá de los efectivos requerimientos del país.

Al respecto, en declaraciones formuladas a este Diario, el director regional del Servicio de Capacitación y Empleo (Sence), Esteban Vega, dio cuenta de una alta demanda de profesionales técnicos en diversas áreas, como el transporte, la agricultura y la construcción. Indica el directivo que esta situación lleva a que gran cantidad de extranjeros, técnicos calificados, estén llegando al país, realidad reflejada en una alta cantidad de solicitudes de visas de trabajo.

Las carreras técnicas están estrechamente ligadas a la modernización del país en campos como la energía, la informática, el medio ambiente o el turismo con todas sus variables, entre otros aspectos. En esos rubros la demanda es intensa y los ingresos importantes, muchas veces superiores a los que registran profesiones tradicionales.

Esta realidad debe ser asumida por la sociedad en general, por las familias, por los jóvenes y, fundamentalmente, por los educadores que en el transcurso de la enseñanza media deben ir mostrando a los estudiantes los amplios campos que ofrece la técnica.

Paralelamente, es necesario perfeccionar, acreditar y ampliar la enseñanza técnica dentro de marcos funcionales a las necesidades del país. Es importante, además, generar en el futuro técnico capacidades de emprendimiento y creatividad.

Así, en una tarea constante de socialización del valor de los técnicos, se lograrán efectivos avances en el desarrollo del país y también en el desarrollo personal de los jóvenes interesados en buscar nuevas rutas y nuevas oportunidades.