Secciones

Integración, tema en reforma educacional

E-mail Compartir

El caso del Colegio Integrity de Viña del Mar, revelado ayer por este Diario, muestra una de las aristas más complejas del problema educacional chileno. Se trata de un establecimiento privado que ha recibido subvención del Estado y desarrolla un interesante proyecto educativo que busca integrar en un grupo homogéneo de estudiantes a niños con necesidades educativas especiales. En números, de 280 alumnos 56 tienen esas necesidades.

La labor desarrollada por el plantel es reconocida por los dirigentes del centro de padres y también por los profesores.

Pero el problema que ha golpeado fuerte al establecimiento es económico y deriva de una mala administración, como lo reconoce el propio sostenedor y director, quien, además, es profesor.

La mala administración ha determinado retención de los aportes público, retrasos en el pago de sueldos a los profesores y en la cancelación del arriendo del local. Ello, agregado a deficiencias de infraestructura, ha culminado en procesos administrativos y la revocación del reconocimiento del Estado al plantel a partir del próximo año. Esta sanción es apelable ante los tribunales.

Sin embargo, en medio de toda esta situación aparece, claramente, un compromiso de los padres e incluso de maestros que ven afectados sus ingresos y previsión.

Hay interés en esa comunidad por salvar el proyecto, especialmente entre quienes, como padres, ven que allí no hay discriminación ante los problemas de sus hijos, lo cual no ocurre en otros colegios, tanto públicos como privados.

En un hecho entonces que el plantel ha ocupado un nicho social importante, no solo atendiendo a carenciados, sino que también integrándolos a un universo general, lo que implica mutuos beneficios.

La pregunta es sí en medio del debate educacional en marcha en el Parlamento se considerarán realidades como las que cubre el Colegio Integrity de Viña del Mar.

Si bien en este caso concreto hay una reconocida mala administración, también aparece un proyecto valioso, que va mucho más allá del tema del lucro, pues busca atender a un grupo importante de nuestra sociedad, los niños con necesidades especiales y sus familias.

Cabría en situaciones como la presente, que no debe ser única, una tarea formal de acompañamiento, asesoría y estímulo para avanzar en un proceso integrativo general que parte desde la base, la educación.