Bodyboard: las cinco olas que han marcado la trayectoria de Renato Arellano
deportes. El destacado rider viñamarino, quien acaba de lograr el quinto lugar en la última parada del tour mundial en Portugal, repasa las experiencias más extremas que vivió en sus años de competencia desde 1998.
"El bodyboard nace para poder surfear olas de mayor magnitud, de mayor tamaño, por eso uno busca tratar de experimentar con situaciones más extremas en algún momento. La tabla de bodyboard permite deslizarte en situaciones de más dificultad que una tabla de surf normal, no es que uno sea más antiguo que el otro. Uno trata de volar sobre las olas, por eso tienes que viajar para buscar nuevos destinos y por ende mejorar encontrando este tipo de olas que te llevan a extremos, donde sin duda corres el riesgo de golpearte o salir lastimado, persiguiendo el sueño de surfear olas de otro tamaño. El año 1998 pasé mi primera temporada en California, y ese año tuve la posibilidad de surfear en la isla Todos Los Santos, ubicada en México. El lugar se caracteriza porque se producen marejadas y el tamaño de las olas varía de los seis a los ocho metros. Fue mi primera experiencia de ola grande, ese tipo en Chile sólo se ve en Pichilemu. Está en el tour mundial de olas grandes, y se ubica en Baja California. Yo tenía 17 años y me llevaron unos amigos surfistas, tuvimos que viajar en bote por una hora y media desde la costa, para llegar a la isla".
"El año 1998 pasé mi primera temporada en California y pude surfear en la isla Todos Los Santos"
"En 1999 sentí la necesidad de viajar a Hawai, que es el sueño de todo deportista, y fui con 18 años. Allá me encontré con la ola llamada pipeline, que es la que tiene mayor renombre y es la más famosa del mundo. En esas costas se desarrollan los torneos más importantes y hay mucho peligro. Mi sueño de surfear en Hawai la ola más conocida lo vi cumplido. Claro que el costo fue alto, recibí una ola muy fuerte en la espalda, que me mandó al coral, lastimándome la columna. Las heridas me dejaron dos semanas sin surfear. Fue muy bravo, al punto de que no sentía las piernas. Yo era un niño y estaba muy complicado, en esa misma temporada habían muerto allá un hawaiano y un ecuatoriano, entonces había un tema psicológico detrás bien fuerte. Estaba solo, me fui a un centro médico y tras los análisis me dijeron que tenía una contusión fuerte sin comprometer las vértebras. Ni se lo conté a mi mamá, si le digo me mata. Ya tengo en el cuerpo cuatro temporadas en Hawai y el año pasado logré mi mejor puesto, quedando noveno en la competencia mundial".
"Recibí una ola muy fuerte en la espalda, que me mandó al coral, lastimándome la columna. Estuve dos semanas sin surfear"
"Una gran experiencia la viví el año 2004 en México, en la ola Puerto Escondido, en la playa de Zicatela. Ahí también he tenido cuatro temporadas, el 2004, 2006, 2008 y 2010. Es la mejor ola de fondo de arena del mundo, que se llaman beach break. Son olas muy grandes que rompen muy cerca de la costa, lo que las hace ser peligrosas también, porque uno no se golpea con rocas, pero sí con agua con arena, que es dura como cemento. Las corrientes lo hacen ser uno de los lugares más fuertes del circuito. El año 2010 tuve que enfrentar una competición con olas de más de seis metros. Después de eso entramos al mar, a surfear libre, como se llama. En el agua había diez personas, los mejores del mundo en bodyboard, junto a tres surfistas, que andaban remolcados por motos de agua. Ahí tuve la experiencia de que cayera sobre mi cuerpo una ola de siete metros de altura, perdiendo mi tabla. En ese minuto la situación se vuelve muy extrema, porque debes tratar de salir de ahí con olas muy grandes. Fue muy fuerte enfrentar eso, nadar para salir a la playa, revolcándote con espumones de cuatro o tres metros de altura, tienes que tener una muy buena condición física para aguantar el revolcón".
"En Puerto Escondido cayó sobre mi cuerpo una ola de siete metros de altura, perdiendo mi tabla"
"Compitiendo en Tahiti me tocó la ola Teahupo'o, que es catalogada como la más perfecta del mundo. Es única. Una de sus principales características es que la altura entre la rompiente y el fondo marino, que es de coral, tiene una profundidad no mayor a un metro. Estás al filo de los cuchillos. En ese lugar me corté entera la espalda y todavía tengo las marcas, porque el coral te infecta las heridas. No tienes espacio para librar bajo el agua y te pegas con el fondo. Esta ola ha estado presente en los récord Guiness por ser de las más grandes y peligrosas que los surfistas han cabalgado. Allá estuve por dos temporadas, y en una de ellas, el año 2006, deslizándome dentro de un tubo grande, no logré salir y el agua me arrojó de espalda a los corales, que cortan como cuchillos, te rajan. Lo más extremo es que para salir del agua había que remar entre veinte y treinta minutos. Yo estaba en eso, pero dejando una gran estela de sangre. Era una carnada perfecta para los tiburones. Me sentía listo para ser devorado en Tahiti. La moraleja de todo esto es que lograste sobreponerte a las situaciones extremas con el fin de surfear olas que están en tus sueños".
"Para salir del agua había que remar treinta minutos. Yo estaba en eso, pero dejando una estela de sangre"
En las costas chilenas, la ola más conocida es El Gringo, de Arica, también conocida como flopos. Esta ola es la más peligrosa de nuestro país y está dentro de las cinco más complejas del mundo. Arica recibe todos los años un mundial de bodyboard, un Grand Slam, y para ello se esperan las condiciones más extremas. La principal característica de estas playas es que las olas son de gran magnitud y rompen sobre las rocas, por lo que tienes una distancia de entre dos y tres metros desde la rompiente a la orilla, lo cual otorga muy poco margen de error. En este circuito vienen los mejores 24 del bodyboard mundial. Yo he tenido dos participaciones bien destacables, en una de ellas, el 2013, logré posicionarme entre los mejores 16 del evento. Había más de 200 corredores y llegué a los octavos de final. En la competencia enfrenté un tubo muy grande que no pude concretar, me arrojó al fondo rocoso y me quebré tres costillas del lado izquierdo. Logré avanzar de fase con las costillas rotas y posterior a eso tuve que seguir compitiendo. Avancé una fase más, de forma irresponsable, y en la última ronda, donde quedé eliminado, tuve que enfrentar olas de más de cinco metros".
"La ola El Gringo es la más peligrosa de nuestro país y está dentro de las cinco más complejas del mundo"