El martes 7 de octubre, el Senado despachó el proyecto de Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) a la Cámara de Diputados, tras una extensa jornada donde se analizó punto por punto la iniciativa que se encuentra en su primer trámite constitucional y que incorpora a parejas del mismo sexo.
El despacho del proyecto se logró tras analizar los puntos que fueron puestos en discusión por el partido Unión Demócrata Independiente (UDI), quienes postularon un cambio de nombre a "Pacto de Unión Civil" y aplicar el proyecto solo a parejas homosexuales, lo cual no fue aprobado.
Despachada la iniciativa, diversas críticas se han formulado al respecto, siendo los primeros en pronunciarse miembros de la Iglesia Evangélica, quienes han presentado una fuerte negativa al proyecto.
Hasta el momento no ha existido una declaración oficial por parte de la Iglesia Católica tras la aprobación de la iniciativa en la Cámara Alta. Y al ser consultado ayer el obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte, sobre la materia, precisó que "no me voy a referir a eso porque tenemos nosotros, como obispo de la Conferencia Episcopal, que pronunciarnos sobre ese tema".
Sin embargo, el prelado formuló algunas aclaraciones sobre el concepto de matrimonio que rige en la iglesia.
"Para nosotros la única manera frente a Dios de vivir una vida de matrimonio y conyugal es el matrimonio. He leído lo que han dicho los senadores y los diputados, hay algunos que han dicho que se está creando un matrimonio de segunda clase, realmente no me podría pronunciar", recalcó Gonzalo Duarte.
cambio social
"Ha influido fuertemente en la gente, tanto en la vida matrimonial como en la vida sacerdotal, la nueva cultura, esta cultura centrada en lo material, en la persona misma tremendamente individualista, en que se busca el placer y el tener. Eso influye enormemente en las vocaciones importantes, en la vocación de vida matrimonial, de entrega a los demás, etc. También influye en las vocaciones sacerdotales. Nosotros podemos notar en nuestra parroquia que hay una baja en la construcción de la familia".
Respecto a la vocación sacerdotal, el obispo, manifestó que "la vocación sacerdotal ha estado en permanente proceso de mejoramiento, de ajuste a las realidades de la iglesia, a las realidades del mundo. Hemos ido siempre avanzando en la formación y en los estudios para servir a la comunidad".