Cifras negativas para la región
La ostensible baja en las ventas del comercio minorista en la Región de Valparaíso, que confirman una vez más la desaceleración de nuestra economía, continúa siendo preocupante, ya que ellas están reflejando esta caída que afecta tanto a la producción como al consumo, e incluso a un retroceso en las remuneraciones.
De acuerdo a cifras entregadas por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC), las ventas del comercio minorista regional en el mes de agosto solo representaron un crecimiento del 1,4%, lo que a la fecha suma un 3,4% en los primeros ocho meses del presente año.
Este leve crecimiento, si se compara con el 15,2% registrado a igual fecha del año pasado, es un reflejo inequívoco de dicha desaceleración de la economía regional, al igual que en el resto del país, de acuerdo a las apreciaciones de la gerenta general de la Cámara Regional del Comercio y la Producción, Marcela Pastene, quien ha agregado que este es el peor panorama regional desde el año 2009. La representante de la entidad empresarial regional, explicó que estas bajas cifras están alineadas con el menor dinamismo de la economía en los últimos meses, donde la caída de la inversión y el menor consumo de los hogares, junto a la incertidumbre de las reformas promovidas por el Gobierno y a un débil escenario externo, han llevado a estos bajos niveles de crecimiento, los que no se registraban en nuestra Quinta Región desde hace más de cinco años.
Aunque este oscuro panorama se veía venir, existía la esperanza de que no afectara tan fuertemente al país, y en particular a la región, lo que ha acarreado consigo la baja en las remuneraciones, que de cifras promedio de un 4% en 2013, bajó solo un 1,9% entre enero y agosto de este año, lo que también incide directamente en el magro panorama regional.
Ante estos escenarios, se sabe que se está trabajando tanto a nivel del sector público como del privado, con un intensa campaña para fomentar y asegurar las inversiones del Estado en proyectos de gran impacto social, como de la propia empresa privada, que ha debido adecuar sus costos y producciones a esta nueva realidad, que ha resentido todas las actividades económicas de la región. En ese sentido, son importantes los esfuerzos que se realicen para lograr una mayor y mejor inversión pública regional, que estimule el comercio y que promueva la generación de nuevos puestos de trabajo.